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Sea por trabajo, transporte o de uso recreativo, cada vez son más los conductores de motocicletas en el país. Además, con la pandemia covid-19 aumentaron las plataformas de entrega de comidas y servicios en línea, lo que también elevó su uso.
Estas circunstancias se traducen también en un incremento en la mortalidad, y así lo demuestran datos de la Policía de Tránsito, que aseguran que el 49% de los accidente suceden en este automotor. Sin embargo, el Estado no ha respondido con rapidez para formar a estos conductores para que desarrollen habilidades en carretera que aminoren la siniestralidad.
Precisamente, Roy Rojas, director de proyectos del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), asegura que aún hay mucho camino que recorrer en cuanto a la preparación y evaluación de los conductores de motocicleta en el país, pues no están ‘preparados’ para formar a los choferes de esos vehículos, que se considera el más mortal desde el 2014.
Según Rojas, las personas optan por utilizar estos vehículos por las deficiencias existentes en el transporte público. “Tenemos un problema de calidad, frecuencia y de continuidad del transporte público que deriva en que las personas opten por usar vehículos privados como motos, no utilizan carros por el elevado costo de la gasolina”, mencionó.
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“Un servicio de transporte público deficiente es una de las principales características. Antes se analizaba la seguridad vial y cómo contribuía en los accidentes, ahora analizamos también la contribución de una infraestructura en mal estado en las carreteras”.
Además, otro factor que influye en su uso es la facilidad con que se adquiere una moto en el mercado y la necesidad de desplazarse en ‘cortos periodos de tiempo’. El funcionario del Cosevi, aseguró que en los estudios que han realizado encuentran patrones en la perspectiva de género muy diferentes entre sí.
Por ejemplo, las mujeres con actividades de cuido realizan viajes más cortos, y los hombres en cambio son menos las ocupaciones que practican pero los trayectos son más extensos.
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Formación de habilidades
Para Rojas la capacitación tradicional que reciben los motociclistas no es efectiva por sí sola, esta tiene que estar acompañada de habilidades superiores (que consisten en el riesgo que asume una persona al conducir un automotor.
“Si a mí me enseñan el riesgo, la probabilidad de que yo haga una mayor consciencia es más alta. Porque cuando solo le enseño a un chofer la maniobrabilidad, lo que ocurre es una sobrevaloración de mis habilidades para manejar”, explicó.
“Es importante que las personas conozcan la vulnerabilidad de una moto, que soy vulnerable a una caída y puedo golpearme si no me pongo el casco. Manejar motocicleta es unas cinco o seis veces más complejo que un carro”.
En la misma línea coincidió Jimmy Salazar, subjefe del departamento de operaciones policiales de Tránsito, quien resaltó que la motocicleta por su tipo de construcción es más frecuente que en casos de una colisión sea el conductor o su acompañante el que presente una lesión leve o grave inclusive la muerte, versus el vehículo que por su carrocería le brinda una protección mayor al usuario.
El anuario del 2021 del Cosevi reveló que 155 conductores de motocicleta murieron en vías públicas en ese año. El grupo de edad que más acumuló fue 20 a 29 años y el sexo predominante fueron hombres con un 83% del total de accidentes.
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