
“Llegamos, acomodamos el camión y vimos la facilidad de arrimarlo a una pared para cargar la arena. Mientras ellos se encargaban de eso, yo me fui a traer un poquito de piedra.
“Después de un rato me cansé y fui a darles una vuelta. Comencé a caminar y vi un polvazal, se había venido toda la arena. Me fui a buscarlos y encontré a uno de los muchachos que estaba ayudando ya fallecido.
“Seguí buscando a mi hijo, pero no lo hallaba. Yo gritaba, trataba de escarbar con las uñas, pero era muy difícil. A uno se le hace eterno, pero quizá, ellos murieron en segundos.
“En medio de todo eso me pude comunicar con mi señora y le dije: ‘Mi amor, nuestro hijo se nos murió’”.
De esa forma narró Ulises Gerardo Valverde Alvarado lo que que vivió el pasado viernes 27 de marzo en un tajo ilegal de San Luis de Llano Bonito de León Cortés, San José, cuando su hijo, Josué Daniel Valverde Valverde, murió luego de que una gran cantidad de arena le cayera encima de manera abrupta.
Ese día, don Ulises, Josué, otro de sus hijos y un vecino amigo de la familia se levantaron temprano para ir a traer el material. En el tajo, se encontraron con un hombre de apellidos Castro Durán, quien conducía el camión en el que trasladarían la arena, así como con otros dos muchachos que llegaron a ayudar.
Poco después de comenzar a cargar la arena en el camión, sobrevino la desgracia y tanto Josué Valverde, de 28 años, como los dos jóvenes que llegaron con Castro fallecieron en el sitio.
Las otras dos víctimas eran hermanos, vecinos de San Marcos de Tarrazú. Uno fue identificado como Isaac Alberto Durán Hernández, de 18 años, y un menor de 14.
El terreno donde ocurrió este percance pertenece al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y se ubica en el margen derecho del embalse de la Planta Hidroeléctrica Pirrís.
El día de los hechos, el Instituto destacó mediante un comunicado de prensa que en ese terreno está prohibido el paso de particulares, pero que, pese a las múltiples advertencias, las personas siguen ingresando.
Don Ulises mencionó que aunque saben que no se puede ingresar, los lugareños lo hacen porque ocupan el material, ya que son una comunidad muy pobre.
Sugiere que cierren la propiedad y que tanto la arena como la piedra sea donada a la Municipalidad de León Cortés o el pueblo para su aprovechamiento en diversos proyectos.
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Viaje pospuesto
Este agricultor, de 53 años, espera nunca tener que regresar al tajo en el que su hijo perdió la vida y contó que, inicialmente, ellos pretendían ir por la arena el jueves, pero el vehículo de Castro se varó y tuvieron que posponer el viaje.
Incluso, él le sugirió a Josué usar el carro de la familia para movilizar el material, pero este le dijo que dieran un día de chance.
“Le dije: ‘Mire, papito, si quiere va y se trae un viajecito y jalamos eso (la arena) en el carrito de nosotros, a ver hasta donde aguanta’. Entonces él me respondió: ‘Sí, papi. Vamos a esperar y si no se logra, lo hacemos como usted dice’. Llegó el viernes, nos fuimos y sucedió esa desgracia”, explicó don Ulises.
El motivo que impulsó a Josué para ir a traer la arena era contar con todo el material posible para ejecutar un bono de vivienda que le fue otorgado.
De hecho, la familia espera que el beneficio se le traslade a la pareja y el hijo de 3 años de Josué.
El Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) aseguró que este caso fue tramitado a través de Coope San Marcos y, en la página del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), aparece aprobado.
Mencionaron que lo recomendable es que la pareja de Josué acuda a la Cooperativa para que ahí le indiquen el procedimiento a seguir.

Chocolate en familia
La familia Valverde Valverde es muy unida. Todos viven cerca y se han dedicado durante la mayor parte de su vida a la agricultura del café.
Conforme los hijos crecieron se fueron desempeñando en otras áreas, pero la unión persiste, por eso comparten a menudo.
Precisamente, el jueves antes del accidente, Josué propuso que toda la familia se tomara un chocolate caliente para disfrutar y conversar un rato.
“Él (Josué) me dijo: ‘Papi, hace tiempo que no nos tomamos un chocolatico, yo pongo la leche y ustedes ponen la otra parte’. Le dije que sí y esa tarde compartimos todos, mi esposa, los cuatro hijos, la pareja de Josué, mi nietico y yo”, expresó don Ulises.
Josué era un muchacho trabajador, recalcó su padre, quien dijo que pese a que le insistió en varias ocasiones para que los domingos descansara y estuviese en casa, no lo logró.
Además de ayudar con la recolección de café, Josué trabajó como peón y disfrutaba realizar trabajos mecánicos.
Recientemente se compró unos chanchos y quería tener más espacio para construir un chiquero.
“Estoy agradecido con Dios porque era un muchacho especial y sin vicios. Siempre me apoyó y con las personas era excelente muchacho, muy trabajador, no podía estar sin hacer algo”, finalizó.

