El panadero del pueblo. Así es como los vecinos de Cervantes de Alvarado recuerdan a Miguel Araya Paniagua, de 65 años y quien falleció la mañana de este viernes luego de que el vehículo en el que viajaba fuera embestido por un camión cargado con madera.
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Desde pequeño, Miguel vio a sus papás dedicando su vida a hacer y vender pan. Era el negocio familiar y lo que les permitió comer a lo largo del tiempo. Por ello, la mejor forma de rendirle tributo a su padre, cuando este falleció, era continuando con aquel legado, recordó Ricardo Umaña, cuñado de don Miguel.
Así, desde hace ya una incalculable cantidad de años, don Miguel se entregó a esta vida de comerciante y gracias al apoyo que recibía de uno de sus ocho hermanos, logró mantener con vida la panadería San Pancracio, ubicada a tan solo 125 metros de donde ocurrió el fatal accidente.
Según narró Umaña, Miguel, quien tenía tres hijos, ya tenía su rutina más que establecida. Se levantaba muy temprano por la madrugada y ahí comenzaba su ajetreada mañana. Sabía que debía estar en la panadería listo para poner manos a la obra, hacer el pan, y después subirse a su vehículo para ir a venderlo casa por casa en todo Cervantes.
Era cansado, probablemente que sí, pero sin duda su mayor aliciente era saber que sus clientes quedaban no solo satisfechos, sino también con las ganas de volver a verlo al día siguiente, por la mañana.
“Él era muy humilde, pero sobre todo muy trabajador”, recordó el cuñado.
Sin embargo, este viernes, cuando Miguel regresaba a la panadería después de cumplir con su labor, fue embestido por un camión cargado con madera.
Miguel estaba detenido pues le correspondía hacer un alto. Pero ese vehículo pesado, que se quedó sin frenos, lo chocó y lo arrastró hasta hacerlo colisionar con otro camión cervecero.
El carro de don Miguel quedó completamente irreconocible, al punto de que testigos del percance aseguraron que lo que se lograba ver en la escena eran solo los dos vehículos pesados. El auto quedó reducido a latas retorcidas y don Miguel murió inmediatamente.
Así como él, otras tres personas también perdieron la vida en este trágico accidente: Luis Diego Godínez Badilla, conductor del camión cervecero; así como José Delfino Cubillo Castrillo y Leidy Yahaira Valencia Serrano, chofer y pasajera en el camión con madera.
Golpe duro
Umaña comentó que él vive cerca de donde se dio el triple choque, por lo que él escuchó el estruendo y el arribo de los cuerpos de socorro.
Él salió a ver si lograba ver qué había pasado, pero cuando llegó al sitio de la emergencia no logró extraer mayor información, y como el vehículo de don Miguel no quedó visible, entonces no tuvo mayor malicia.
“Regresé a la casa, tomé el desayuno con mi esposa (hermana del fallecido) y estábamos hablando de que había sido fatal ese accidente. Decíamos que qué pecado las familias de las víctimas, sin saber que éramos nosotros”, lamentó.
Él sabe que nadie nunca está preparado para recibir la noticia de la muerte de un familiar; no obstante, aseguró que cuando ocurre en circunstancias como las actuales, el golpe es aún más duro.
“Es muy lamentable, pero esperamos salir adelante como familia”, concluyó.