Hubo un tiempo en que comer arroz y frijoles no era un acto de clasicismo gastronómico. Luego, cocinar se puso de moda y la comida se volvió en la obsesión de muchos. Fue allí cuando apareció el kale y empezamos a comer uchuvas o engordar con macarons. Todo eso con la misma religiosidad con la que se ven películas de Rápidos y furiosos o se llevan sandalias de cuña.
La moda llegó a la comida al mismo tiempo que la obesidad y las enfermedades crónicas y, por eso, no cualquier plato o ingrediente se pone de moda: "alto en fibra" o "sin preservantes" viene a ser un "parecida a Giselle Bündchen".
Por eso, no es raro que la quinoa haya sido el grano revelación del ¿2012?: posee fibra, es delicioso, se ve bonito en la ensalada, no tiene gluten y, según algunos especialistas, tiene una cantidad considerable de proteína.
Pero antes de correr a buscar quinoa en el supermercado, o mercado orgánico, más cercano; debe saber que existe un mundo de granos más allá. Algunos son más caros, otros más baratos; unos más accesibles y otros aún los estoy buscando. Les enumeraré tres de ellos, porque anticiparse a la moda nunca fue tan saludable:
1. Amaranto: El realidad no es un grano sino una semilla o pseudocereal (una característica que comparte con la quinoa). Se venden, según explica la nutricionista Adriana Alvarado, como semilla, harina o cereal. Una de sus principales características es la cantidad de calcio que posee (sí, el calcio no está solo en la leche). "Una taza de amaranto cocido tiene casi la misma cantidad de calcio que una taza de queso cottage bajo en grasa (5,2 gramos de fibra) y tiene más proteína que un huevo duro", señala Alvarado. También, este alimento libre de gluten, posee lisina un aminoácido requerido para propiciar el crecimiento y la reparación de tejidos. La nutricionista Rebeca Hernández recomienda ser precavido con su consumo, al menos para los diabéticos, ya que puede subir el azúcar tal y como lo haríamos otros azúcares refinados (arroz, pan...). No obstante, la especialista rescata la cantidad de hierro y magnesio que posee.
¿Localizable? Sí, en muchos supermercados del país, ferias orgánicas y ventas de productos saludables.
¿Precio? Entre ¢2.000 y ¢4.000, según la marca.
2. Arroz salvaje: Es alargado y de colores extraños, como negro o rojo pero posee más fibra que el arroz blanco y cualquier otra harina refinada, por lo cual ayuda a disminuir las enfermedades cardíacas, mejora la digestión y evita la gastritis y el estreñimiento. Alvarado lo considera una buena fuente de vitamina C y de antioxidantes, que detienen el proceso de envejecimiento. También tiene una buena cantidad de ácido fólico.
¿Localizable? Sí, en algunos supermercados del país con amplia oferta de productos importados.
¿Precio? Entre ¢1.700 (227 g) y ¢9.500 (454 g), según la marca.
3. Farro: Explica Alvarado que su sabor es similar a la cebada, aunque por experiencia personal diría que es un arroz que sabe a pasta. La nutricionista también rescata la presencia de vitaminas complejo B y E, de magnesio, proteína y fibra en este cereal, derivado de una especie de trigo. Rebeca Hernández explica que puede usarse para preparar risottos y que puede conseguirse perlado, al que se le ha retirado buena parte de la fibra, semi perlado o integral (el más saludable). Como es derivado del trigo no es apto para los celíacos sino para los que quieren probar algo diferentes.
¿Localizable? Sí, recientemente me lo he tomado en supermercados del país.
¿Precio? Varía según el establecimiento en un amplio rango de de ¢2.000. a ¢6.000 (500 g).