
1. Hay que alimentarse bien. Los alimentos son la fuente principal de energía y nos aportan los nutrientes necesarios para recuperar la vitalidad y evitar el cansancio.
2. Dormir es imprescindible para la supervivencia del ser humano, por ello, hay que procurar seguir la misma rutina cada día, en la que el cuerpo se acostumbre a un horario. Para poder desconectar realmente es preciso saber relajarse, olvidando las preocupaciones y obligaciones pendientes antes de irse a la cama.
3. El movimiento y el ejercicio físico es fundamental para estimular la circulación. El yoga y los estiramientos estimularán nuestra elasticidad y flexibilidad, relajando nuestro cuerpo para mejorar el sus funciones vitales.
4. Una dieta sana tiene que ser equilibrada, baja en calorías y variada. Hay que eliminar alimentos poco naturales y productos que sepamos que nos van a perjudicar por algún problema de salud que padezcamos. En nuestra dieta debemos incorporar cinco porciones de frutas o verduras diarias. ¡No podemos olvidarnos de comer ordenadamente, siguiendo horarios y porciones!

5. Si queremos conseguir una buena digestión, debemos controlar algunos factores: los alimentos que se ingieren, la velocidad a la que comemos, la capacidad de los órganos para segregar las sustancias y la buena salud de los órganos que están implicados.
6. El colágeno es una proteína, la más abundante del cuerpo humano, y representa un 6% del peso corporal. Con la edad se va perdiendo, por ello, para evitar la destrucción y pérdida de colágeno tenemos que complementar la dieta con suplementos y antioxidantes.
7. Los superalimentos se denominan así porque aportan numerosos beneficios para la salud: ayudan a prevenir y reducir la inflamación, disminuyen los niveles de colesterol, protegen contra el cáncer y preservan la salud digestiva. Algunos de los superalimentos son el cacao, ajos, lentejas, vegetales verdes, frutos secos, entre otros.
8. El problema del acné puede estar ocasionado por diversos motivos: falta de higiene, cambios de temperatura, cambios hormonales, estrés, falta de sueño, mala alimentación, alergia, o uso de cosméticos inadecuados. Para evitar la aparición de impurezas en la piel, es imprescindible dejar que el poro esté libre, lo mejor es limpiar la cara con espuma y agua por la mañana y por la noche, extremando la higiene ante el acné. El tónico es otro de los elementos imprescindibles en la rutina diaria del cutis. Si la piel es grasa, es recomendable utilizar una loción algo ácida.
Fuente: “Vivir sano, sentirse bien” de Meritxell Martí.