El obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia e integrante de la Conferencia Episcopal, Manuel Eugenio Salazar, asegura que un verdadero cristiano debe ser una persona crítica y analítica de la actualidad nacional. Pero además, debe involucrarse en la búsqueda de soluciones.
Por ese motivo, el clérigo invitó a los costarricenses, de todo credo y religión, a involucrarse en la política y el activismo comunal.
“Si estamos cruzados de brazos y no hay una participación, pues claro, el narcotráfico va a terminar de hacer a Costa Rica un narcoestado“, pronosticó Salazar en entrevista con Revista Dominical.
— ¿Usted es optimista o pesimista respecto a la rumbo del país hacia el futuro?
— Humanamente dan ganas de ser pesimista, pero yo soy cristiano, y el cristiano tiene que ser una persona optimista, de esperanza. Si todos nos unimos, logramos sacar la carreta del atolladero, pero ser optimista no significa dejar de ser críticos.
“El cristiano tiene que ser una persona crítica, analítica. Uno ve que muchas cosas están mal. Creo que hay un fallo muy grande de la clase política. La pérdida de Liberación Nacional, de la Unidad Social Cristiana, del PAC y otros partidos, es el voto protesta, el reclamo del pueblo al fallonazo de estos y otros partidos políticos.

“Ahora bien, el país tiene los políticos que se merece, los ciudadanos tenemos el país que nos merecemos o queremos, si estamos cruzados de brazos y no hay una participación, pues claro, el narcotráfico va a terminar de hacer a Costa Rica un narcoestado.
“Por eso yo invito a los ciudadanos, cristianos, religiosos, no creyentes, personas de buena voluntad, a meterse en todas las instancias del país, partidos políticos, asociaciones de desarrollo, de deporte, de todo, meterse cada uno según sus cualidades y posibilidades para sacar este país adelante. Este país lo salvan los ciudadanos.
“Este país es nuestro. No hay que dejar que nos lo roben, que se pierda. Los ticos a veces somos muy cobardes, muy miedosos. Somos muy cómodos, muy aburguesados.
“Otro país mejor existe y se puede, pero tenemos que hacerlo todos, participar todos, sin miedo, sin el miedo al narcotráfico. A mí me dicen ‘monseñor, no hable contra el narco, lo pueden matar, lo pueden balear. Bueno, si me matan por el Evangelio, favor que me hacen, me hacen mártir. Me borran todos los pecados y voy para el cielo. Nada más que no me deja agonizando, bien muerto de una vez. Pero yo no tengo miedo a hablar, y la gente no habla, no denuncia. Por eso los invito a ser valientes”.
— El narcotráfico y la inseguridad son las principales preocupaciones de la población, ¿qué opina de este flagelo?
— Los narcotraficantes están tomando nuestras calles. ¿Por qué hay comercio de drogas? ¿Por qué hay sicarios? ¿Por qué hay muertos por las drogas? Porque hay consumidores, y con todo respeto lo digo, sin ánimo de ofender, pero yo creo que las personas que consumen drogas y sostienen el comercio son cómplices.
“Cada vez que en las noticias salen ocho muertos, cuatro muertos, cinco baleados, peleas entre pandillas, si yo soy un marihuano, soy culpable de esas muertes, porque si yo no consumiera drogas, no habría comercio de drogas.
“Donald Trump puede atacar a México y decir que ahí están los narcotraficantes y que México está dominado por los traficantes, pero, ¿quiénes son los primeros que consumen drogas? Muchos norteamericanos, no digo que todos ni la mayoría, pero muchos".
“Yo una vez lo dije y me criticaron por la prensa, me trataron de iluso, de tonto. ¿Cuál es la gran solución a los problemas de este país? El Evangelio, la palabra de Dios, Jesucristo. ¿Qué es el cristianismo? Amarnos unos a otros.
“Cuando a mí me dicen ‘es que la Iglesia católica y los obispos odian y rechazan a los homosexuales’, no es cierto, por lo menos yo no, yo tengo que estar dispuesto a amarlos hasta dar la vida por ellos. Cristiano es el que ama”.
