Vestuario de la Sele cauto: Nadie quiere correr el riesgo de bajarse del avión en fogueos

Escocia (viernes 23 de marzo) y Túnez (martes 27 de marzo) son vistos como los primeros parámetros reales antes del debut ante Serbia. La mayoría de los futbolistas tiene millas ganadas y Machillo apostó por la base de siempre y algunas pocas excepciones que pelearán por un lugar (Ian Smith, Wilmer Azofeifa y Josué Mitchell).

No es un secreto en el grupo que un bajón de rendimiento podría ser peligroso, cuando la exigencia es grande y la presión en cada llamado es mayúscula.

También es una realidad que el cuerpo técnico repite con cierta frecuencia el discurso de que nadie tiene el campo fijo, aún cuando parece que los cupos que quedan por definirse son muy pocos.

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“La competencia es durísima, todos estamos aquí dando lo máximo, eso permite que nadie se relaje, que nadie sienta que ya está montado en el avión porque el que está atrás estará ahí preparado y dándolo todo para quitarle el campo”, explicó el zaguero Kendall Waston a la Fedefútbol.

Tras dos partidos para el olvido frente a España (0-5) y Hungría (0-1), en el grupo reconocen que es necesario mostrar un mejor rendimiento, ya pensando en lo que mostrará el equipo en Rusia 2018.

Los tropiezos sirvieron para caer en razón de lo que se debe mejorar en el funcionamiento de juego, sin dejar de lado que el resultado de los fogueos también genera confianza y credibilidad.

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El zaguero Francisco Calvo reconoce que el cuerpo técnico se ha enfocado en el posicionamiento defensivo, en colocar un bloque compacto y en la precisión con la pelota.

“El ambiente siempre es competitivo, pero tratamos de ser una familia para lograr los objetivos. Ante Escocia vamos a intentar manejar la pelota y ser ofensivos, pero con precaución porque te pueden jugar al contragolpe”, recalcó Calvo al sitio www.yashinquesada.com.

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Desde que se consiguió el boleto a Rusia, el estratega nacional manifestó que el objetivo era superar la gesta de Brasil 2014, la mejor participación de la historia.

Un objetivo nada sencillo, que implica un mejoramiento en la faceta de juego y una elección casi perfecta de los hombres que estarán en la lista definitiva.

Nadie quiere aflojar en el último instante, conscientes de que la exigencia es grande.

“Estamos deseando poner la barra todavía más alta. También es un examen contra nosotros mismos de querer más y superarnos, de que siempre se puede mejorar”, agregó el volante Celso Borges, quien resaltó la necesidad de mostrar un buen rendimiento, más allá del resultado.

El cuerpo técnico de la Mayor es bastante insistente en la idea de probar a los pocos futbolistas que aún no tienen un campo fijo en la Nacional.

Probablemente jugarán todos los hombres llamados, siempre bajo la premisa de mostrar algunos de los conceptos que utilizará el equipo frente a Serbia.

“Estamos viendo su comportamiento, si se acoplan y adaptan y asimilan lo que queremos”, agregó el asistente Luis Marín, sobre las nuevas caras del equipo.