Con su ojo morado e inflamado y con raspones en la frente, pero con una sonrisa de oreja a oreja que nadie le quita, Kenneth Vargas exhibió feliz sus heridas tras una noche mágica con la Selección de Costa Rica. Uno de sus grandes sueños se cumplió al marcar en el triunfo 3-0 ante Guatemala.
Vargas recibió una patada en el rostro del guatemalteco José Ardón en el minuto 33. La acción fue violenta y, aunque el árbitro resolvió con una tarjeta amarilla, daba para roja. El futbolista del Hearts of Midlothian de Escocia se preocupó en el momento del impacto, pero finalmente no fue grave. Tras el juego, tranquilizó a todos los que estaban pendientes de su estado de salud.
“Gracias a todos por los mensajes. Pudo ser mucho peor, pero la verdad es que solo es un ojo morado; nada del otro mundo”, posteó el atacante en sus redes sociales.
El golpe no mermó el ímpetu del delantero, quien tenía en mente aprovechar la oportunidad que le dio el técnico Claudio Vivas, y no hay dudas de que lo hizo. Vargas anotó en el minuto 38, luego de un contraataque magistral y un servicio preciso de Alonso Martínez, que lo dejó solo frente al arco.
Vargas finaliza una jugada magistral para el segundo 2️⃣ pic.twitter.com/kLELBXbuOP
— Concacaf Nations League (@CNationsLeague) October 16, 2024
El rendimiento de Vargas fue uno de los más destacados en la Tricolor, y su celebración reflejó lo mucho que necesitaba ese momento. Luego del gol, las emociones lo desbordaron y derramó lágrimas en el césped del Estadio Nacional. El jugador recordó lo difícil que fue no tener oportunidades bajo la dirección de Gustavo Alfaro.
“Esta es la oportunidad que tanto estaba esperando, pero aun así siento que puedo dar mucho más. Quiero seguir esforzándome y trabajar fuerte para mantenerme. Estoy muy feliz con el profesor (Claudio Vivas), con mis compañeros y con Dios por vivir esto”, destacó
Vargas se metió en problemas luego de la Copa América 2024, cuando expresó su descontento en redes sociales por no sumar minutos con Alfaro. Incluso, tuvo que disculparse con sus compañeros, y el propio Vivas, cuando asumió el equipo, le advirtió que no quería más polémicas públicas y que cualquier asunto debía resolverse internamente.
Después de ese llamado de atención, el jugador de 22 años recibió la oportunidad que tanto anhelaba y no la desaprovechó.