Si se analiza el volumen de juego de la Selección de Costa Rica ante Haití, se profundiza en lo hecho en ataque o en el bloque defensivo, es claro que los problemas afloran y todo está muy crudo en la nueva era de Rónald González al mando de la Tricolor. Eso sí, al menos el empate es lo más rescatable.
González vivió su debut como estelar en la Sele y fue evidente que no fue en las mejores condiciones para él. Con apenas tres días para elaborar la lista de convocados, solo dos sesiones de entrenamientos en suelo tico con el plantel completo y una más previo al duelo en Bahamas. Aunado a esto, careció de espacio para fogueos y tuvo que afrontar una competencia oficial de inmediato.
Se tendría que ser casi un mago para amalgamar una idea y calar en los jugadores en tan poco tiempo, más allá de que Rónald estuvo al frente del equipo tras Rusia 2018 y contó con seis amistosos en aquel momento, hasta que llegó Gustavo Matosas. Rónald y sus colaboradores hicieron lo que pudieron, optaron por una línea de cuatro defensas, cuatro volantes y dos delanteros.
No obstante, los errores salieron a la luz en todos los sectores, con deficiencias al manejar la redonda, poca claridad y sin ideas concretas para pasar al ataque. Aunado a esto, el bloque defensivo también careció de la coordinación que solo dan los entrenamientos.
El gol de José Guillermo Ortiz al menos permitió adelantarse en el marcador, aunque pese a contar con un Keylor Navas a un gran nivel, llegó la igualdad sobre el cierre del compromiso para dejar un sabor de boca agridulce.
Prueba fallida. Más allá de que el tiempo fue el gran enemigo para una Tricolor que apenas tuvo tres entrenamientos con grupo completo con Rónald González, la prueba inicial con el sistema 1-4-4-2 fue totalmente fallida.
En solo 45 minutos González tuvo que abortar la propuesta de jugar sin un generador. El contención (Celso Borges) y el volante mixto (Allan Cruz) no pudieron cumplir con la labor de cortar y generar, mientras que los dos mediocampistas abiertos (Joel Campbell y Rándall Leal) presentaron dificultades para atacar, explotar su velocidad en el uno contra uno y más aún a la hora de dar una mano para defender.
La lista de problemas a solucionar fue extensa y muy variada. Al carecer de un creativo la Sele no tuvo conexión, los centrales manejaron la redonda y todo esto derivó en transiciones muy lentas, falta de asociación, carencia de llegadas con peligro y hasta imprecisiones.
Todo esto sumado a una medular que lució endeble en la primera parte, expuesta por la velocidad haitiana y en desventaja. Incluso, los locales estrellaron una pelota en el vertical izquierdo, tras un remate de larga distancia, mientras que Keylor Navas tuvo que emplearse a fondo para detener un disparo a quemarropa.
La única acción de peligro de la Nacional se dio en el 35', con una acción aislada en un tiro de esquina en el que Campbell probó de izquierda y el arquero Jhony Placide la sacó del ángulo.
Ajuste y leve mejoría. El timonel de la Selección supo corregir para el complemento, sacó a Jonathan Moya e hizo ingresar a Dylan Flores. Más allá de perder a un delantero, ganó a un hombre en la medular con Flores, quien se colocó como media punta, en un nuevo esquema (1-4-2-3-1).
Bajo este sistema la Tricolor tuvo una leve mejoría, ya que en ataque contó con un enlace y un volante que se mostró, pidió la redonda y dio un poco más de juego, mientras que en defensa tuvo más colaboración y sumó un futbolista al bloque.
Apenas en el 52' los movimientos dieron frutos y la Sele se puso en ventaja. José Guillermo Ortiz ganó en las alturas, tras un centro milimétrico de Ricardo Blanco.
El tanto al menos dio tranquilidad a un combinado patrio que de igual forma lució endeble por muchos tramos, no pudo hacerse de la redonda y manejar el cotejo mediante la posesión. Por el contrario, necesito de un Navas soberbio.
El Halcón se impuso en dos ocasiones claras, una de gran factura ante un remate potente de larga distancia. No obstante, el bloque de Costa Rica fue endeble, se dieron muchas facilidades y en el 81' llegó el empate.
Giacarlo González fue displicente ante Hervé Basile, quien centró desde la izquierda y encontró a Frantzdy Pierrot solo y con una marca paupérrima de Óscar Duarte.
La Selección terminó jugando a la contra y con dos ocasiones inmejorables en los pies de Ariel Lassiter, la primera terminó en el vertical y la segunda en las manos del arquero, pese a enfrentar un mano a mano con el tico.
