Transcurría el segundo semestre del 2015, Christian Bolaños apenas tenía dos meses de haberse vinculado al Saprissa y su celular comenzó a sonar. En la pantalla del teléfono apareció el nombre: Óscar Ramírez. El seleccionador nacional llamó al mundialista de Alemania 2006 y Brasil 2014 y le dijo: ‘Viejillo’ ¿No quiere venir a la Selección?… El futbolista no tuvo que pensar la respuesta y un sí fue su primera palabra.
En aquel momento, Bolaños tenía 31 años… Ahora ya llegó a 34 y disfruta al máximo cada día que pasa en el campamento mundialista a Rusia 2018. El futbolista costarricense vive con muchas emociones la preparación para la Copa del Mundo.
—¿Por qué?
Porque puede ser su último Mundial, porque se consolidará como el costarricense con más mundiales (tres) y porque podría ser su despedida de un lugar que se convirtió en su casa durante los últimos 20 años: la Federación Costarricense de Fútbol.
Según recordó Christian, él tuvo su primera práctica con la camisa de una selección cuando tenía 14 años y el 17 de mayo pasado llegó a los 34.
“Lo primero que me acuerdo fue una decisión que tuvieron que tomar mis papás porque entrar a la Selección de Juan Diego Quesada con 14 años implicaba salirse del colegio para entrar en un programa de la Federación en el que nos daban clases y entrenábamos. Yo estaré sumamente agradecido porque mis papás me ayudaron y me dieron ese apoyo, sino no estaría acá a las puertas de un tercer mundial”, afirmó.
La nostalgia embarga al exjugador del Copenhague de Dinamarca, sobre todo cuando comienza a recordar cada práctica vivida en las canchas de La Sabana o Proyecto Gol.
Además, las diferentes concentraciones a las que asistió y en las que fue entendiendo la importancia del trabajo de grupo.
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“Yo en mi caso estoy disfrutando muchísimo porque en la eliminatoria no sufrí, jugué bien. Yo había mencionado que uno ve con la edad el avance y pues existe la opción de que sea la última oportunidad, uno tiene que disfrutar. Cuando uno llega a esta edad le da valor a detalles que tal vez antes la juventud no deja ver como las concentraciones. Por ejemplo, ahora saco tiempo para conversar con compañeros, ya entendí que el convivio es útil y bueno en la Selección”, explicó.
Atrás quedaron las polémicas de cuando la crítica pública le pedía a Bolaños mayor compromiso con la Nacional. Muchas veces el hábil extremo se ausentó de convocatorias por diferentes circunstancias, lo sucedido provocó cuestionamientos en afición y prensa.
“Obviamente yo entendía lo que se hablaba, al final nunca se cuestionó la parte futbolística. Yo siempre hice las cosas bien en la Selección, por eso siempre me llamaban a las eliminatorias y demás. Yo siempre me entregué en pro del equipo, lo otro eran cosas que pasaban y yo no podía salir a desmentir. Tal vez si hubiera pasado ahora salgo a hablar y aclaro todo, pero yo solo quería rendir en la cancha”, declaró.
El rol para Bola en la Selección ha cambiado desde sus inicios, hoy con madurez acepta que aunque luchará por la titularidad, él sabe que hay diferentes roles a cumplir en el grupo.
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Cuando Óscar Ramírez dijo que Christian iba al Mundial porque es de los pocos futbolistas que pueden suplantar a Bryan Ruiz, él no se molesto, por el contrario lo tomó como un honor.
“Si yo trabajara para mi beneficio diría que buscó la titularidad. Óscar lo dijo muy claro y yo estoy consciente de lo que dijo, pero para mí eso es un halago. Él sabe lo que puedo dar y yo cargo con mi responsabilidad. Óscar sabrá en qué momento me puede utilizar, nadie sabe si será titular, un Mundial es del grupo de 23 más los cuatro o cinco que están esperando. Por eso fue que en Brasil se dieron situaciones buenas porque así lo entendimos”, expresó.
Bolaños sufrió hace dos meses una fractura en el tobillo derecho, situación que en su momento lo puso en duda para la Copa del Mundo.

El saprissista ya tiene el alta médica y solo se está poniendo a tono físicamente para integrarse de lleno a los entrenamientos de la Nacional.
“Obviamente me gustaría llegar a la Selección en otras condiciones y que una lesión no me ponga contra la pared, pero el cuido y demás me va a ayudar a llegar en condiciones. Óscar sabe cómo explotar las condiciones de un jugador, yo creo que en esto uno tiene que ser inteligente y ayudar en todo lo que se pueda. Yo no estoy para 90 minutos, soy consciente, si ya me tocara entrar de cambio obviamente me entregaré al máximo”, pronunció.
Con Rusia a la vuelta de la esquina, el exVancouver Whitecaps no se queda con un recuerdo de las otras dos Copas que ha disputado, no obstante, sí le agradece a cada entrenador que lo tomó en cuenta como Alexandre Guimaraes en 2006 y Jorge Luis Pinto en 2014.
El trago más amargo, sin duda, fue la eliminación en la fase eliminatoria del Mundial de Sudáfrica 2010. Para Christian, lo vivido en ese Mundial es una enseñanza que el fútbol nacional debió aprender.
“Hay como 10 jugadores de esta generación a los que nos tocó dura la cosa, porque nos tocó agarrar la batuta y llevarnos ese golpe durísimo, fue un trago amargo, pero había que vivirlo”, recordó.
Christian es claro en que luego del 2018 tiene que venirse un cambio generacional en la Sele, situación que no será fácil de sobrellevar y a él le preocupa.
“Quedan jugadores muy capaces que tienen la inteligencia para llevar a un grupo que no es nada sencillo. Los que vienen empujando tienen las condiciones, pero no es un camino sencillo y uno tiene que buscar crecer. Si no se clasifica al Mundial de Catar será un problema, será tirar todo lo que hizo este equipo por la borda, sería un retroceso, Dios quiera y no pase, ojalá estemos”, aseveró.
¿Cumpliría Bolaños una función de jugador experimentado en el siguiente proceso? El jugador tomó aire y de una vez accedió a ese papel, aunque añadió que no depende de él.
La motivación para dejar en tela de duda la continuidad nace en su deseo de llegar a los 100 cotejos con la roja, ya tiene 80 y la confianza que siente en sí mismo.
“Me encantaría ir al Mundial y hacer un buen mundial, me encantaría llegar a los 100 partidos con la Selección, sería un privilegio de muy pocos. No sé qué cambiará después del Mundial, ojalá siga Óscar (Ramírez), pero si el entrenador que esté agarra el teléfono, me llama y me dice: agarre este rol, pues… yo quedaré encantado”, contó.

El número 7 de la Selección aprovecha cada segundo con la camisa tica puesta, se ilusiona, sonríe y se visualiza disfrutando su tercer Mundial, el que podría ser el último luego de dos décadas de ponerse la camisa de todos.
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