Osvaldo Rodríguez era solo un prospecto cuando Óscar Ramírez confió por primera vez en él; recién asumía la dirección técnica del Santos y el volante surgió como la principal apuesta de la cantera, en medio de la necesidad del club de regresar rápido a Primera.
Su excompañero de equipo y padrino de bodas, Gustavo Martínez, recuerda los primeros trotes de quien hoy es la novedad de la Sele en la gira por Europa.
En ese tiempo destacó por la visión panorámica, que lo hacía tener una buena lectura de juego, y la polifuncionalidad para adaptarse a dos puestos: volante mixto y mediapunta.
Las condiciones naturales de Rodríguez fueron vistas por Ramírez como fundamentales en su propuesta. Esto hizo que solo unos años más tarde, avalara su llegada a Alajuelense, en donde los altibajos en su juego le pasaron la factura apenas unos torneos después.
LEA MÁS: Costa Rica-España, dos selecciones muy diferentes a las que se enfrentaron en 2015
Antes de llegar a la Liga, pasó por un largo proceso de aprendizaje en Santos. Se le veía como un buen futbolista, pero su personalidad afectaba demasiado su juego.
Tímido, callado y cohibido, a Rodríguez le costó soltarse a jugar. Siempre fue así, desde los 13 años, cuando llegó desde El Cairo de Siquirres y se quedó allí hasta debutar con el primer plantel.
Eduardo Méndez, extécnico del futbolista, recuerda que al asumir la batuta del equipo, pidió referencias sobre los jóvenes del plantel.
La mayoría de comentarios giraban alrededor de lo mismo. Osvaldo estaba listo para ser figura, pero no mostraba su potencial.
Fue con el paso de los partidos, y después de conseguir el boleto a una final, cuando adquirió más preponderancia en el equipo, lo que le valió el fichaje con Alajuelense.
El nombre de Osvaldo llegó a la Comisión Técnica de la Liga junto al de muchos otros jugadores, pero Machillo apostó por él, tal como lo hizo en su primera campaña en el Santos.
Lo curioso es que, por distintas circunstancias, no se pudo consolidar en la Liga, ni siquiera con el entrenador que lo hizo debutar en la máxima categoría.
Fue en la etapa de Raúl Pinto como presidente, que Ramírez solicitó la llegada de Rodríguez. Los argumentos que le planteó el entrenador al jerarca cuando priorizó su llegada, tenían mucha relación con los atributos que vio en él cuando lo hizo debutar con el Santos.
“Nos decía que valía la pena traerlo. Rodríguez es un gran pasador y ocupa varias posiciones. Podía jugar como un falso contención o como un volante de llegada”, explicó Pinto.
El exdirigente rojinegro recuerda que en varias oportunidades se reunió con el futbolista para pedirle un poco más de carácter y personalidad.
Después de la salida de Ramírez del equipo, el mediocampista fue cesado y devuelto al equipo que lo vio nacer.
En Santos encontró la regularidad que le faltó en la Liga y rápidamente se convirtió en una de las bujías del plantel de Johnny Chaves, que está a punto de clasificar a la siguiente fase del torneo local por tercera ocasión consecutiva y disputó la final de la Liga Concacaf.
Después de los tropiezos y con un rodaje adquirido, Rodríguez parece creérsela. Como rojinegro, se le cuestionó la falta de protagonismo en los partidos clave, pero en Santos esto ya es un capítulo superado.
El propio Chaves admite que a su pupilo se le dificultó asumir el rol que le pidió. Hubo que trabajar horas extra en la parte mental para convencerlo de que debía dar un salto de calidad.
Con el paso del tiempo y acompañado por los buenos resultados, Rodríguez pudo ser transcendente en el juego del Santos, un paso que no consiguió dar en la Liga.
A sus 27 años, Martínez asegura que su amigo aspira a recibir otra oportunidad en uno de los clubes tradicionales del balompié local.
“Osvaldo está en uno de los mejores momentos de su carrera y creo que por ahí tiene algo pendiente con un equipo grande. Cuando llegó a la Liga no tenía la madurez que muestra ahora en el Santos. Él ha crecido mucho”, explicó Martínez.
Confianza. El estratega santista, Johnny Chaves, cree que la extrema confianza de Machillo hacia Rodríguez proviene de dos motivos futbolísticos: la capacidad para jugar a un toque y la habilidad de tener clara la acción antes de recibir el pase.
Ambas condiciones son difíciles de encontrar en el futbolista tico. Chaves afirma que ni el mismo Elías Aguilar tiene estas características, pues es un volante con un juego más individual.
“A él le costó ser protagonista porque es de perfil bajo, pero cuando lo entendió asumió fácilmente en lo futbolístico. Cuando Óscar Ramírez lo llevó a la Liga fue porque vio esas cualidades en él, pero en ese momento le faltaba la personalidad que pudo adquirir en Santos”, explicó Chaves.
A estas alturas, Rodríguez tiene una oportunidad de oro de pelear por un lugar en la lista.
Aún sin jugar un solo minuto en la Hexagonal, podrá mostrarse ante España y Hungría. Desde antes de estos amistosos, el volante ya estaba en los planes de Ramírez, quien sabía que el foco de atención estaba en la eliminatoria y no tenía espacio para las pruebas.
A los ensayos internacionales llega con 12 partidos jugados en el torneo local, así como las presentaciones santistas en la Liga Concacaf.
