Liga Deportiva Alajuelense se encuentra en la recta final de un semestre crucial, con la firme intención de poner fin a una sequía de títulos nacionales que se ha convertido en una carga recurrente. Esta vez, la Liga disputará la corona contra Saprissa.
El desenlace del Torneo de Apertura 2025 será matizado por el clásico nacional, algo que sin duda, siembra un atractivo especial.
El equipo manudo sabe que el peso de la historia y la exigencia de su afición demandan la copa, y en este punto, la figura del entrenador Óscar “Macho” Ramírez enciende la chispa de la esperanza en el liguismo.
La mano del técnico más ganador en la historia de Alajuelense va más allá de la pizarra. Él ha insistido, de manera metódica, en pulir lo que llama la “rebeldía” de sus hombres.
Pero eso no es sinónimo de descontrol; sino que más bien es “picar” a sus jugadores para que respondan en cancha. Él inculca la exigencia de no darse por vencido, de imponerse en cada duelo y de ir paso a paso.
“Nosotros nunca hemos querido fallar, somos humanos y pasa, pero hoy se ve reflejado en la gente, que la gente vuelve a creer en nosotros y agradecerles siempre por el apoyo”, expresó el defensor liguista Alexis Gamboa.
Lo que más anhela hoy es acabar con esos reveses en las finales pasadas del campeonato nacional, el gran lunar en un equipo que hoy es tricampeón de Centroamérica.
Sin embargo, en Alajuelense tienen muy presente que el campeonato nacional es la deuda pendiente.
“Obviamente cuando se pierde es normal que nos critiquen, que se nos vengan encima, porque una institución como esta siempre tiene que ganar y gracias a Dios lo hicimos contra Liberia, y esperamos en Dios hacer lo mismo en esta semana que viene”, destacó Alexis Gamboa.
El defensor dijo que la semifinal contra los pamperos les dejó una lección más que valiosa, después de un partido malo en el juego de ida, que pudo salirles caro. En el clan rojinegro no están dispuestos a que eso pase de nuevo.
“Fue un tema de autocrítica, de actitud, sabíamos que teníamos que hacer las cosas mejor, nos habían pasado por encima en la mayoría de duelos y creo que fuimos autocríticos, sabíamos lo que teníamos que mejorar y gracias a Dios este sábado se vio reflejado”, mencionó el defensor.
Óscar “Macho” Ramírez les ha insistido a sus jugadores que él no puede responder por el pasado, y que necesita de todos para conseguir esa meta que tienen.
La consigna de Alajuelense es el enfoque absoluto en el presente, erradicando los fantasmas del pasado. El peso de los títulos perdidos y las finales esquivas no tienen cabida en la preparación diaria.
“Vamos paso a paso, partido a partido, lo que es el pasado no lo podemos traer al camerino de nosotros,” enfatizó Gamboa, dejando claro que el chip impuesto por el cuerpo técnico es de mirar siempre hacia adelante.
“Sabemos que venimos haciendo las cosas muy bien, hemos logrado cosas importantes y ahora enfocarnos en el partido que viene y poder sacarlo”, añadió.
Ahora, con la final a la vista, el equipo se mentaliza en la secuencia de encuentros decisivos. La estrategia es clara y paciente.
“Vamos paso a paso, partido a partido, tenemos que pensar primero en el partido del miércoles y esperar en Dios hacerlo de la mejor manera y cerrar en casa bien para ser campeones, que es lo que tanto queremos”, recalcó el zaguero.
Además, el futbolista atribuyó parte de la confianza del grupo a ese técnico que salió del retiro parcial (colaboraba con liga menor) por su propósito de ayudarle a Alajuelense a salir de una racha.
“Todos los partidos son diferentes, son difíciles en estas instancias y tenemos un gran entrenador que nos da confianza y esperamos en Dios poder darle esa alegría a él también, que tanto se lo merece”, apuntó.
Los jugadores de Alajuelense están en plena sintonía con las ideas de Óscar Ramírez. Y ahora se enfocan en evidenciar esa “rebeldía” que el “Macho” quiere en la final contra Saprissa.
El clásico y lo que viene
La Liga tiene el chance de alcanzar su estrella 31 sin gran final, si supera a la “S” en la final de segunda ronda, que empezará el miércoles 17 de diciembre a las 8 p. m., en el Estadio Ricardo Saprissa.
Y que cerrará el sábado 20 de diciembre, a partir de las 7 p. m., en el Estadio Alejandro Morera Soto.
Pero si Saprissa gana esta segunda ronda, obligaría a Alajuelense a que se disputen dos partidos más. Si se diera ese panorama, la gran final se jugaría los días 23 y 27 de diciembre, cerrando en la Catedral.

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