Miguel “Piojo” Herrera, técnico de la Selección de Costa Rica, tiene a la escuadra nacional en un abismo, al borde de la eliminación del Mundial de Norteamérica 2026.
Tras perder en Curazao 0-1 frente a Haití, la Tricolor es tercera del Grupo C con solo seis puntos, mientras Honduras y Haití buscan repartirse el pastel, ambos con ocho unidades.
En este instante, la escuadra nacional, con Miguel Herrera al frente, está fuera del Mundial y sin opción de jugar el repechaje.
El Piojo, quien tiene casi 10 meses al frente del equipo de todos, ha cometido una serie de pecados que tienen a Costa Rica hundida, humillada por Haití, tras caer en el Caribe, donde hacía 25 años no se perdía en eliminatorias en esta región de la Concacaf.
En la última fase de la eliminatoria, el Piojo solo ha ganado un encuentro, de local, contra Nicaragua. De 15 puntos en disputa tiene 6, para un pobre 40% de rendimiento.
Los pecados del Piojo
Tropezó con la misma piedra: Contra Haití, la Selección padeció por el sector derecho debido a la pésima marca de Haxzel Quirós, quien tampoco contó con la ayuda de Kenneth Vargas. Haxzel fue desbordado con facilidad y, al ir al ataque, no sumó, no subió como carrilero. Miguel Herrera sabía de esta situación; la padeció en su primer partido como seleccionador, en el amistoso de enero contra Estados Unidos. En ese juego, Haxzel fue el lateral, y el Piojo lo criticó y no lo volvió a convocar. Lo reincorporó en los últimos cuatro juegos de la eliminatoria.
Manfred Ugalde en banca: Una de las principales cartas ofensivas de la Selección es Manfred Ugalde, y Miguel Herrera lo dejó sentado contra Haití. En su lugar prefirió a Kenneth Vargas, quien fue uno menos en el primer tiempo. Con el agua al cuello, el Piojo incluyó a Ugalde, quien le dio otra cara a la Tricolor.

Insistió con jugadores sin ritmo: Miguel Herrera insistió una y otra vez con jugadores que no dieron la talla en la Selección, algunos sin ritmo, como en el caso de Kenneth Vargas. El atacante ni siquiera juega con Herediano y aun así lo alineó como titular ante Haití. Más atrás, Miguel iba a muerte con Brandon Aguilera; lo defendió a capa y espada, hasta que sus argumentos se vinieron al suelo y dejó de llamarlo. También llegó a convocar a Anthony Contreras, quien demostró estar lejos del nivel que se le conoció. Ariel Lassiter fue otro que no daba la talla y siempre era llamado, hasta que un pésimo tiro libre en el juego de ida frente a Haití le costó la convocatoria. Recientemente, volvió a llamar a Warren Madrigal, quien ni en Saprissa ha rendido, además de Alejandro Bran, siempre presente en sus convocados y con bajo rendimiento en Alajuelense.

Varió su idea con los de experiencia: Desde que comenzó, Miguel Herrera no llamaba a jugadores de experiencia: se apegó al cambio generacional y, al final, llamó a Kendall Waston, Celso Borges y Joel Campbell. Antes de eso, él mismo fue a buscar a Keylor Navas.
“No quiero echar atrás el gran proceso de cambio de generación que arrancó Gustavo (Alfaro). Tienes una selección con un promedio de edad de 24 años, con un proceso muy importante de regeneración, de cambio”, dijo Herrera, y luego convocó a los de más trayectoria. Incluso de Waston llegó a decir que, en duelos aéreos, Alexis Gamboa le ganaba todas. Kendall volvió y lo alineó como titular.

Se desdijo: El Piojo priorizaba a los legionarios en sus convocatorias. Cuando se le cuestionaba por qué no llamaba a los del medio local, Herrera respondía: “porque los de afuera están uno o dos escalones más arriba; por algo están afuera, por algo juegan en ligas importantes”. Pero resulta que, para los duelos más importantes de la eliminatoria, llamó a 15 futbolistas del campeonato nacional.
Planteamientos erróneos: El técnico no salió de su línea de cinco. En partidos como el de Haití, donde se debía ir por el triunfo, apostó por resguardarse, a esperar quién sabe qué. Así le pasó al inicio de la eliminatoria ante Barbados, un equipo casi aficionado: empezó con cinco en el fondo y esperando.
Mala lectura de los juegos: En Nicaragua, y con un hombre más, Miguel Herrera no supo manejar el encuentro ni al equipo, y terminó cediendo el empate. Se ganaba 1-0 e insistió en ir al frente, cuando debió pedir control de la pelota y manejar el tiempo de juego. Frente a Haití le sucedió algo similar: ganaba 2-0, dejó ir la ventaja, no reaccionó con los cambios a tiempo y apenas rescató el empate 3-3.

Piojo, presa de sus palabras: Miguel Herrera es víctima de sus propias palabras. Siempre dijo que, sin la presencia de Estados Unidos, México y Canadá en la eliminatoria, no se podía pensar en un Mundial sin Costa Rica, y de momento la tiene eliminada.
“Es obligatorio, no hay vuelta de hoja. Es una selección grande, importante, hay muy buen equipo y buenas figuras. Considero que los tres grandes de la zona han sido México, Estados Unidos y Costa Rica, por lo que han hecho en los Mundiales. Canadá está haciendo un gran trabajo, lo mismo que Panamá. Al estar fuera de la eliminatoria México, Estados Unidos y Canadá, y con tres boletos directos y dos repechajes, sería algo ilógico no llegar al Mundial. Sería totalmente un fracaso. Las aspiraciones son muy buenas, acá es importante sacarlo”, expresó Miguel Herrera en sus primeras semanas al frente de la escuadra costarricense.
Hoy solo un milagro clasificaría a Costa Rica al Mundial. La sexta y última fecha del grupo se jugará el próximo martes 18 de noviembre a las 7 p. m.
Costa Rica recibe a Honduras y Haití será local ante Nicaragua. La Tricolor debe derrotar a los catrachos. Cualquier otro resultado ante Honduras (empate o derrota) consumaría el fracaso en esta desastrosa eliminatoria.
Además de la victoria tica, haría falta que Haití no le gane a Nicaragua. La combinación de esos dos resultados pondría a los ticos en el Mundial con 9 puntos, por encima de Honduras (8) y Haití (también 9 si empata, pero con peor diferencia de goles que Costa Rica, o 8 puntos si pierde en Managua).
