No les importó pasar ríos, atravesar trillos, adentrarse en la montaña y caminar cuatro horas para llegar al Valle de la Estrella, pasar una noche en esa zona y al siguiente día levantarse a las 12 mn. para agarrar un autobús a las 2 a. m. y estar seis horas más tarde en el Estadio Ricardo Saprissa. Todo ese trajín tuvo su recompensa cuando 17 niños del pueblo indígena Tayni Cabécar conocieron a Bryan Ruiz.
A mediodía, el capitán de la Selección Nacional hizo su aparición en la gramilla del recinto morado para sorpresa de los pequeños, quienes desde tempranas horas jugaban el torneo Copa BN, con niños de otras localidades como Guararí, Garabito y Santa Cruz de Guanacaste.
“Me voy a morir”, gritó una de las niñas al ver al seleccionado nacional. Ruiz sonrió y le dijo: ‘Como, no diga eso’. Seguidamente la actividad continuó.
Según reveló el coordinador de la zona Tayni, Arnulfo Fernández, el cansancio ni se notaba en los niños y los pocos adultos que tenían sueño terminaron de despertarse con la aparición de la Comadreja.
“Nosotros viajamos desde ayer. Caminamos hasta Valle la Estrella, ahí descansamos en una comunidad que se llama Gavilán. Andamos sin dormir, pero escuchar el mensaje que le dio Bryan a los niños y ver la cara de ellos para nosotros es suficiente, ya con eso valió la pena”, explicó.
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El viaje no es sencillo y en ocasiones se vuelve peligroso, sobre todo cuando hay que cruzar el cauce de algún río. Las lluvias provocan que se crezcan las aguas y se tenga que trabajar en cadenas humanas para conseguir llegar al otro lado.
Mientras don Arnulfo explicaba, los niños de la zona cabécar continuaban jugando con la pelota, corrían, pateaban, saltaban… Las tres horas que durmieron fueron suficientes para aguantar la dinámica con el capitán tricolor.
Ruiz quedó impresionado ante la odisea que los trajo desde Tayni, una situación que lo hizo meditar y sonreír antes de responder sobre ¿cómo tomaba todo lo que hicieron para conocerlo a él?
“Definitivamente es impresionante. Las dificultados están en todo lado, en lugares cercanos y demás, pero lo que uno ve o escucha de zonas tan alejadas es increíble. Ellos hacen un gran sacrificio y por eso para uno sacar una hora u hora y media para compartir con ellos es motivante. Hay que hacerlo porque será un gran recuerdo para la vida de ellos”, mencionó.
Pese a que en este tipo de actividades el resultado deportivo pasa a un segundo plano, el equipo de Tayni cabécar fue el que ganó el torneo.
“Ellos no conocían San José y, bueno, además la mayoría son saprissistas y hasta pudieron conocer el estadio. Ellos en la cuadrangular quedaron campeones con ese cansancio, imagínese, nos llamó mucho la atención el desempeño”, añadió la coordinadora de responsabilidad social de la actividad, Silvia Chaves.
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Después de ganar el cetro y cumplir el sueño de conocer a Bryan, los infantes junto con sus acompañantes deberán comenzar la travesía de regreso a su hogar.
El grupo saldrá de San José a las 10 p. m. para viajar durante la noche, dormir unas pocas horas nuevamente en Valle de la Estrella y con el amanecer de nuevo caminarán cuatro horas para llegar a Tayni.
17 pequeños de la zona indígena encontraron en el fútbol y el referente de la Sele, Bryan Ruiz, la motivación para continuar luchando día a día.
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“Yo lo que les puedo decir es que si les gusta el fútbol, que lo disfruten, pero sobre todo no dejen de estudiar, eso es muy importante y ahí deben continuar”, finalizó el exjugador del Sporting Lisboa.