
Aunque a lo largo de la historia las victorias de la Selección de Costa Rica ante México no son muy frecuentes, cada una representa un momento importante para la Tricolor. Y precisamente por eso, resultan muy difíciles de olvidar. La última ocurrió en el año 2013 y quien la debe recordar muy bien es Javier Chicharito Hernández.
Ese día se disputaba la última fecha de la hexagonal rumbo al Mundial de Brasil 2014. Ya con solo ese nombre, la referencia indica un momento de gran bonanza para el fútbol de Costa Rica.
El partido se jugó el 15 de octubre de 2013 en el Estadio Nacional. La Selección de Costa Rica, dirigida por Jorge Luis Pinto, había asegurado su boleto con dos fechas de anterioridad, tras un empate en Jamaica.
Hasta se dio el lujo de perder en Honduras y darle (involuntariamente por supuesto) una manita a los catrachos, que finalmente también lograron la clasificación.
En cambio, México llegaba contra las cuerdas: luego de una desastrosa hexagonal peleaba con Panamá el cuarto lugar, que daba boleto al repechaje.
Costa Rica empezó ganando con un gol del capitán Bryan Ruiz al minuto 26. Los mexicanos respondieron con el empate del Cepillo Oribe Peralta al 29, pero la Tricolor puso cifras definitivas gracias a Álvaro Saborío en el minuto 64.
Ahí empezó el sufrimiento de México, pues en ese momento Panamá jugaba en casa ante Estados Unidos y llegaron noticias inquietantes: los canaleros se pusieron al frente al minuto 83, con un marcador parcial de 2-1 que dejaba al Tri fuera del Mundial.
La gran referencia en el ataque mexicano era Javier Chicharito Hernández, que salió de cambio al minuto 60, totalmente anulado por una defensa tica donde estaban Johnny Acosta, Giancarlo González y Michael Umaña. ¡Impasables!
En la banca, los mexicanos se enteraron del gol de Panamá que los sepultaba. Chicharito hundió la cara entre las manos, con gestos de desesperación al igual que sus compañeros (en el video que acompaña esta nota puede verse en el minuto 10).
México era dirigido por Víctor Manuel Vucetich, el Rey Midas, que por cierto tuvo un par de acercamientos en esa época para llegar al banquillo de Costa Rica, aunque finalmente nunca se concretó.

En Panamá, los canaleros cometieron un error de lectura de juego: en vez de encerrarse a proteger el 2-1 los minutos finales, se engolosinaron, siguieron atacando y le dejaron abierta la puerta al Tío Sam.
La voracidad de los estadounidenses, aún cuando ya no se estén jugando nada, la habíamos sufrido en carne propia cuatro años antes.
Fue aquel partido que Costa Rica iba ganando 2-1 en Washington y que daba el boleto al Mundial de Sudáfrica. Pero EE. UU. (que ya estaba clasificado) nos mandó al repechaje con el gol de Jonathan Bornstein en el último suspiro. Un capítulo realmente cruel.
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En el 2013 ocurrió muy similar. Los norteamericanos siguieron atacando y le dieron vuelta al marcador con dos providenciales anotaciones en los minutos 90+2 y 90+3.
De vuelta a La Sabana, los mexicanos respiraron aliviados. Les tocó ir al repechaje, donde se impusieron a Nueva Zelanda.
Luego del susto en San José, la Federación Mexicana destituyó a Vucetich y le encargó el equipo a Miguel Piojo Herrera, quien ahora dirige a Costa Rica y se enfrentará al equipo de su país por la fase de grupos de la Copa Oro 2025.
Desde aquella vez del 2013, ticos y aztecas se midieron en varias ocasiones, sin que haya sido posible ganarles de nuevo.
Este domingo a las 8 p. m. habrá una nueva oportunidad, en Las Vegas y con el primer lugar del grupo en juego.
Un partido con un picante extra, con ese pulso particular desde el banquillo entre Miguel Herrera y Javier Aguirre.
