Óscar Ramírez, entrenador de Alajuelense, habló luego de obtener la estrella 31 del cuadro manudo. El timonel explicó la sensación de acabar con la sequía rojinegra y además reveló las motivaciones que lo hicieron tomar el reto de agarrar a la Liga después de 12 años sin dirigir el equipo.
—¿Cómo lo convencieron para tomar las riendas de Alajuelense?
—Simplemente porque era un tema complejo y necesitaban que les ayudara, pero yo ya venía hablando con Wardy Alfaro sobre esa necesidad. Yo pienso en los chicos que vienen de abajo; ellos sacrifican mucho de su niñez y quiero ayudarles.
—¿Cómo convenció al grupo de creer en su idea?
—Simplemente haciendo que todos entendieran que éramos uno. No quería egos ni caritas si no se jugaba. Algunos lo aceptaron mejor, otros pasaron por situaciones, pero, bendito Dios, se lograron cosas importantes. Fue un semestre difícil.
—¿Este campeonato fue el más complejo de todos los que ha vivido?
—Caramba, este fue el más duro. La otra vez no lidié con muchas cosas, pero ahora sí.
—¿Cuánto ayudó la Copa Centroamericana?
—Nos ayudó mucho en el tema del carácter.
—¿Le devolvió identidad usted al equipo?
—El que venga a Alajuela tiene que enamorarse y entender a la afición.
—¿Por qué este campeonato fue tan rudo?
—Había que competir y formar, y eso es difícil.
—¿Es usted el héroe de Alajuelense?
—No, no. Yo soy uno más, solo doy mi experiencia. Con los hijos uno los encamina; ahora, con los chiquillos, también. No fue difícil que el grupo se acostumbrara a lo que yo quería.
—¿Le dio tranquilidad que la directiva le diera la confianza sin importar el resultado de la final?
—No, no. Simplemente yo soy de cumplir contratos; si ellos no querían, pues me iba.
—¿Usted seguirá en la Liga?
—Me quedan seis meses.
—¿Por qué tomó a Alajuelense en este momento?
—Por los chiquillos. Estar en el CAR me sirvió mucho para entender el sacrificio que hacen. Hay que hacer un trabajo formativo para garantizar que, si ellos van a matarse en el CAR, van a llegar.
—¿Dónde estuvo la clave del grupo?
—En la humildad. Nunca nos vanagloriamos, nunca ofendimos a nadie, no hablamos mal de nadie. No creímos que esto estaba hecho hasta el final.
—¿Qué le dice a la gente que decía que usted estaba desactualizado?
—A mi edad, lo que diga la gente no me interesa. Yo sé lo que soy; tal vez seré polo, pero me siento orgulloso de eso, porque mi papá es de esa manera y mi mamá también. Muy tranquilo por ser lo que soy.
—¿Cómo tomó la actuación de Bayron Mora?
—Muy contento por él, porque trabajó 10 años para llegar a eso. Él es un ejemplo para los muchachos del CAR, para que no abandonen; nunca bajó los brazos. Las cosas cuestan, pero se logran. El equipo también desarrolló carácter… Rebeldía es la palabra. Hicimos lo que queríamos hacer. No dejamos que los comentarios nos afectaran.

