
Fue hasta las 11:25 p.m. cuando los jugadores de Alajuelense destaparon el champán y empezaron a bañar a familiares y aficionados que seguían ahí en la gramilla.
El festejo de los integrantes del equipo fue dentro del Estadio Alejandro Morera Soto, mientras que en las afueras había otra locura, con el liguismo festejando la obtención de su estrella 31.
Uno por uno, los futbolistas fueron llamados a la tarima y Celso Borges sigue teniendo pasta de animador en eventos especiales.
Muchos de ellos dieron mensajes, que la afición escuchaba con atención.
Pero quien definitivamente se robó el show fue Óscar Ramírez, el “Macho” no cantó, ni habló en ese momento del festejo después de que todos levantaron la copa.
El técnico de Alajuelense mostró sus mejores pasos de baile, esos como los que muchos tienen guardados en su WhatsApp.
Y con él, todos los jugadores de la Liga también sacaron sus pasos prohibidos, al son de la cumbia.
Al escenario fue invitado el presidente del club, Joseph Joseph, quien se dirigió a la afición, pero al ver a los jugadores les dijo: “Muchos huevos, gracias”.
Hubo momentos emotivos, como cuando Andrés Ramírez, el hijo del Macho lloraba de manera desconsolada.
Es muy liguista, pero este título, siendo el analista de video de su papá, resulta indescriptible para él.
La celebración del equipo y de los aficionados inició casi al filo de la medianoche. Pero daba la impresión de que nadie iba a dormir en la noche que alcanzaron la estrella número 31 del firmamento manudo.
