
Marvin Solano habló con La Nación luego de obtener su primera estrella en El Salvador, al mando del Luis Ángel Firpo, equipo que le ganó la final salvadoreña a Alianza el pasado 20 de diciembre. El estratega tico llegó este semestre al club, pero en cuestión de meses acabó con una sequía de 12 años sin cetros.
El timonel explicó los retos que superó y, además, adelantó un mensaje para el fútbol tico, donde no recibió oportunidades para dirigir en los últimos tiempos. Solano, por otra parte, declaró que lo reta el hecho de pensar en venir a Costa Rica como visitante en la próxima edición de la Copa Centroamericana.
—¿Cuál es la valoración del cetro?
—Contento, se logra un objetivo importante. De alguna manera, el grupo demostró que creyó en lo que se propuso. Los muchachos cambiaron cosas en su vida personal, en su manera de entrenar. Hicimos un trabajo táctico enorme, pero también en la parte mental. Ellos tienen muy buenas condiciones y lo demostramos. Ganamos el título ante un equipo muy exigente, pero el grupo superó todo. Este título sabe mucho, porque ganamos y gustamos, y eso es difícil.
—Usted sacó adelante a un equipo que no jugaba de noche porque creía en el mito de que perdía a esa hora… ¿La misión era más mental que futbolística?
—Terminamos con 14 partidos invictos; de 26 partidos solo perdimos tres. Fui el técnico del año. Este cetro me encanta porque la afición de Firpo ha sufrido muchísimo deportivamente, pero ya les dimos la alegría. Convencimos a los jugadores y eso fue determinante. Tuvimos un gran equilibrio emocional gracias a dos días de concentración.
—¿Qué pasará con usted?
—Tengo contrato hasta el mes de junio; sin embargo, se han dado acercamientos de Centroamérica. Yo estoy encariñado, quiero llevarlos a otro peldaño, quiero jugar la Centroamericana con ellos. Me gustaría estar con el equipo, aunque en el fútbol siempre hay cosas importantes que valorar. Puedo decir que estoy contento, disfrutando y me siento bien acá.
—¿Este título es un mensaje para los equipos de Costa Rica?
—Allá se lo pierden (risas)… en el sentido de que yo creo en mi trabajo. Ahora también entiendo que el dirigente contrata a quien quiere, pero yo sí creo y sé lo que estudio. Se inventaron muchas cosas contra mí, pero acá demostramos y logramos un nivel de reconocimiento enorme; la verdad, es una locura. He tenido oportunidades de ser campeón, pero con la pasión de acá no lo había vivido nunca. Las finales se juegan y se ganan; yo no creo en eso de que solo se juegan, también se juegan bien y se ganan bien.
—¿Calló bocas?
—Yo me enfoco en lo mío y disfruto cada día. El que no cree en usted no lo va a hacer nunca, pero el que cree lo hace siempre. Hice buenas campañas en Barrio México, Herediano y Santos. Ese Herediano del 2013 fue el que hizo mejor fútbol.
—¿Quiere volver al fútbol nacional?
—Me gustaría ir como visitante al país, porque con equipos pequeños yo le gané a los grandes. El Salvador va a mejorar mucho; tiene un proyecto muy serio. El nuevo presidente de la Federación quiere sí o sí el Mundial en 2030, entonces para Costa Rica no será sencillo. Ellos se centrarán en el trabajo mental y en profesionalizar el fútbol.
—¿Futbolísticamente qué implementó en el Firpo?
—Me gusta que mis equipos hagan presión alta, metan intensidad y practiquen buen fútbol. Me gusta la propuesta de jugar; tengo una influencia brasileña. Ese Barrio México era intenso y eso lo busqué acá. Ahora jugamos siempre para el frente, tenemos buenos lanzadores y un fútbol de posesión y transición.
