
Yeison Molina fue, durante el último lustro, el jugador símbolo de la Asociación Deportiva Guanacasteca (ADG). Se convirtió en una referencia defensiva, logró proyectarse hacia procesos de Selección Nacional y fue capitán del equipo, sin importar quién estuviera al mando técnico.
El vínculo de Molina con ADG fue tan fuerte que esperó hasta el último momento para mantenerse en el club, a pesar de la incertidumbre sobre el futuro de la institución. Sin embargo, se convirtió en uno de los últimos futbolistas en desvincularse del equipo pampero, aunque su deseo era quedarse.
“Para nadie es un secreto que tenía contrato con la ADG, pero cuando pasó lo del problema, pues esto se escapa de las manos. Terminó el torneo, nos fuimos a esperar noticias. Yo quería quedarme en la ADG porque había mucha esperanza; estuvimos esperando la noticia, pero uno como jugador no puede dar mucho tiempo”, comentó Molina en entrevista con La Nación.

Desde que se conoció el problema con la revocatoria de la licencia del club, Molina comenzó a recibir ofertas de equipos nacionales.
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“Muchos me pidieron la libertad, me acerqué a ADG buscando el finiquito. Pasó más tiempo y no había noticias. Al final, me incliné por Liberia; ellos cumplieron con lo que buscaba: una ciudad bonita, con una afición muy linda, infraestructura y una buena cancha”, explicó.
El defensor detalló que su salida no fue sencilla, ya que en ADG no querían liberarlo fácilmente, dada su trayectoria.
“Sí costó llegar al finiquito, por todo lo que viví en el club. Estuve cinco años en la ADG. Los directivos no estaban cómodos con mi salida, querían que me aguantara, pero no podía esperar más. Guanacasteca no es un proyecto seguro”, sentenció.
Molina sufrió recientemente un accidente en motocicleta, por lo que se encuentra en etapa final de recuperación, con miras a integrarse completamente a los entrenamientos bajo las órdenes de José Saturnino Cardozo, técnico de Liberia.
Incluso antes de firmar oficialmente, el jugador ya realizaba su proceso de recuperación en las instalaciones del club liberiano.
“Liberia me brindó la mano. Esperan que pronto esté listo para el inicio del torneo. Claramente, uno ve por su bienestar y su futuro. Estamos a un año del Mundial, y seguir en Primera era trascendental. No se sabe qué pasará con Guanacasteca, y yo necesitaba algo seguro”, afirmó.
Sobre su paso de ADG a Liberia, Molina reconoció la rivalidad entre ambas instituciones guanacastecas, pero también pidió comprensión.
“Para nadie es un secreto la rivalidad que existe entre los clubes. Siempre hay ese pique, pero uno, como profesional, ve otras cosas, como el bienestar propio. No me meto esa rivalidad en la cabeza”, aclaró.
Finalmente, el defensor se despidió con palabras de cariño hacia la afición pampera:
“En lo personal, me encariñé mucho con la gente de ADG. Es una afición fiel, grande. Siempre salí agradecido por los años que me dieron. Esto es una situación que se sale de las manos”, concluyó el oriundo de Pilas de Bejuco, Nandayure.
