
Hace pocos días doña Milagro Sibaja fue a comprar unos juguetes para una actividad y pese a que vio crecer a su primogénito, hoy con 20 años, ella no sabía qué regalarle a unos chiquitos.
Ahí se percató de que estaba en ese dilema porque lo único que su hijo le pedía tiempo atrás eran bolas, tacos y uniformes.
La mamá de Barlon Sequeira cuenta entre risas que perdió la cuenta de los adornos que le quebró aquel chiquillo al patear el balón adentro de su casa en San José Sur de Atenas.
Cuando tenía unos cinco años, ese talento que hoy brilla con Alajuelense aprendía más de fútbol con Quique Porras. En la escuela, lo que más disfrutaba era la mejenga en los recreos y por eso siempre volvía con el uniforme raspado y los zapatos casi rotos.
Pero no era suficiente y al llegar a su casa tan solo cruzaba la calle para ir a la plaza, acompañado por su tío Humberto ‘Beto’ Sibaja.

Él lo veía y le sorprendía que ese niño de ocho años pateaba bien y con técnica. Ahí fue cuando conversó con su hermana y le dijo que había que impulsar a ese niño y que debían hablar con Víctor Julio ‘Yulo’ Oconitrillo, el famoso barbero de Atenas que tenía el mejor equipo de ahí y en donde Barlon quería estar.
Doña Milagro le hizo caso a su hermano y fue a buscar a ese señor para que se lo admitiera en el equipo de Sabana Larga.
“La mamá de Barlon llegó y me preguntó si aceptaría a su hijo para que jugara en el equipo. Yo le dije que encantado. Comenzó a llegar, empezamos a entrenar, a salir a jugar a todo lado. Aquí hacíamos los campeonatillos de ligas menores y también mucha cuadrangular con todos los pueblitos”, comentó Oconitrillo.
Con mucho orgullo cuenta que él puede darse el lujo de decir que pese a que fue un entrenador empírico, estuvo presente en la formación de muchos talentos. La generación de Barlon fue la última que sacó, pues hace algunos años decidió retirarse del banquillo.
En Atenas, don Yulo tiene fama de estratega. Él fue el formador de Mario Víquez, el actual técnico de Carmelita. También guió en sus inicios a Verny Ramírez y del mismo grupo de Barlon sacó a Kevin Espinoza, quien milita en Guadalupe.
“De ahí pudieron salirme como seis o siete chiquillos como Barlon, contando hasta un nieto mío. Yo no soy un profesional, pero me gusta mucho, me llama mucho el fútbol de toda la vida. Yo sí vi en Barlon que iba a alcanzar metas. Yo le puedo decir una cosa, él da más todavía, aunque está en la Liga, él puede mejorar. Él ha participado en todas las selecciones menores, desde la Sub-15 y ha ido ascendiendo”.

También considera que Sequeira duró un poco en reventar, pero en parte, es por su forma de ser.
“Es un chiquillo muy humilde, nunca pide nada, sino que él es así, que para todo mueve la cabecilla, esa es su forma de decir que sí, no ofende ni pide nada, mucho menos exige. Barlon tenía como 15 años cuando yo me retiré, él es muy joven y va a alcanzar grandes metas si se lo propone”.
Cuando don Yulo lo dirigía, en el equipo era claro cómo marcaba gran diferencia con sus compañeros. Él siempre ha sido veloz.
“Yo le decía que él era como una centinela, porque pasaba por la orilla y los demás no lo veían; aparte de rápido, él era muy bajito. Nosotros todos los domingos viajábamos, a San Carlos, Cartago... nos dimos el gusto de jugar con los moscos de todos los equipos y hubo un día en el que yo hablé con la mamá de él y le dije que no quería que se quedara así, porque aquí teníamos a José Carlos Chaves Innecken que tiene una escuelita acá y debían meterlo ahí”, recordó.
Victorino Quesada lo tuvo como siete meses y lo llevó a hacer prueba con una filial de Alajuelense.

“La primera vez que lo llevaron (a la Liga), entrenó y como que no le fue muy bien y lo devolvieron a la filial, pero luego lo pasaron para el equipo de la U15. Ahí lo ponían a entrenar a las 6 a. m., entonces había que levantarse a las 5 a. m. para irlo a dejar, porque a esa hora y un chiquito de esa edad y en un bus para ir a Alajuela solo... como que no. Yo siempre le he dado mucha pelota en llevarlo e irlo a ver jugar”, comentó el tío, Humberto Sibaja, a quien Barlon define como la persona que más lo ha impulsado para abrirse camino en el fútbol.

Muy pronto llegó el llamado a las selecciones menores y con eso tenían que madrugar más.
“En ese momento, yo no tenía carro y lo iba a dejar en moto al Proyecto Gol. Nos levantábamos a las 4 a. m. porque tenían que estar a las 6 a. m. Desayunaban y a las 7 a. m. empezaban el entrenamiento”, recordó el tío de Barlon.

Aquella convocatoria emocionó al volante ofensivo, pero también a sus familiares.
“Hasta que ya estuvo en la selección fue cuando vimos que teníamos que hacer un esfuerzo de verdad para que no fallara en los entrenamientos. Hasta que lo vimos en la Sele nos dimos cuenta que sí tenía algo y cuando había partidos de premundial íbamos todos a verlo. Era una pelota, una buena barra como de doce personas”, relató Sibaja.

Y ahí fue donde la mamá del futbolista también cayó en cuenta de que en el colegio, la mayoría de profesores le decían que Barlon tenía un problema.
“A mí me llamaban los profesores del colegio a decirme que Barlon solo quería jugar fútbol y en una ocasión una profesora me dijo que por qué no lo dejaba. Él tenía 13 o 14 años, que quien quitaba que mañana llegara a ser un jugador profesional. Que lo apoyara, que tal vez llegaría lejos y a mí no se me olvidan las palabras de esa profesora porque hasta ese momento uno no pensaba que eso fuera una realidad”, apuntó doña Milagro.
El día del debut hizo llorar a sus familiares
Tras la renuncia de José Giacone a la dirección técnica de Alajuelense, Wílmer López dirigió de forma interina a la Liga en San Carlos.
Aquel 28 de agosto de 2016, toda la familia de Barlon se fue para el Estadio Carlos Ugalde, en Ciudad Quesada, pues el muchacho de 18 años estaba dentro de la convocatoria.
“Sabíamos que iba de suplente, pero hubo un jugador que llegó tarde al entrenamiento (José Guillermo Ortiz) y por eso lo pusieron a él. Nosotros estábamos en el estadio y cuando escuchamos que lo nombraron a él por los altavoces que iba de titular, fue una gran sorpresa. Era un fiestón. La mamá de Barlon no es de llorar, pero en ese momento tenía una cara que estuvo a nada de unirse a nosotros en un mar de lágrimas, fue una emoción muy grande”, recordó el tío de Barlon.
Doña Milagro expresó que cuando ella lo ve jugar, tiene una mezcla de sentimientos encontrados.
“La felicidad que me genera es más por verlo a él cumpliendo un sueño, yo me siento muy feliz por él. Y soy muy crítica, porque cuando termina el partido y vamos para la casa yo le digo: ‘Mi amor, por qué yo vi que tal cosa’. Yo le digo que si no es que puede marcar más, ahora juega por la izquierda y a veces lo cambian y yo lo siento como enredado, son cosillas que quizás son innecesarias, pero si yo noto algo se lo digo”, indicó.
Cuenta que ella lo que busca es que él mejore y por eso trata de hacerlo caer en cuenta de que juego a juego puede hacerlo mejor.
“Yo estoy muy orgullosa de Barlon, desde muy pequeño es calladito, cosa contraria a su hermanita Valeria. Si tiene un problema es muy callado, todos le respetamos el espacio, como cuando no estuvo en la convocatoria al premundial para la Sub 20”, comentó la mamá de Barlon.
Y agregó: “Él dura un par de días en los que la conversación es mínima para no decir que nada, luego lo supera y va de nuevo, pero yo no lo veo hacer un berrinche, no lo veo molesto. Del camerino no sabemos nada, no comenta nunca nada y para él todos los compañeros son muy buena gente y los profes también. Si en algún momento le llaman la atención yo nunca lo he sabido, porque para él todo el mundo es pura vida”.
Barlon no estuvo en ese premundial Juvenil, pero sí acudió al Mundial Sub-17 Chile 2015 y al Mundial Sub-20 Corea del Sur 2017.
El orgullo de don ‘Yulo’
El tiempo pasa y don Yulo sigue trabajando en su barbería en Atenas, un sitio al que Sequeira pasa con frecuencia para saludarlo y para hablar de fútbol con él, con ese señor de 73 años que fue su primer maestro en la cancha.
“Don Yulo terminó siendo mi suegro, yo lo veo todo el tiempo y ese señor vive impresionantemente orgulloso de ver jugar a Barlon, estar en el estadio o verlo por la televisión para él es lo máximo. Él es seguidor de Herediano, pero ahora Alajuelense se volvió su equipo porque Barlon está ahí”, contó el tío del volante.

El joven futbolista aprendió mucho de ese barbero, pero ahora él dice que es Barlon quien le demuestra que todos los consejos que le dio valieron la pena y que los sueños se pueden alcanzar, siempre que se luche por ellos.
“Yo a Barlon lo veo como mi hijo o como mi nieto y durante este tiempo él me enseñó que el fútbol es de ponerle ganas. Sin mucho conocimiento uno los hacía jugar a él y a los demás. Yo apenas llegué al sexto grado, nunca he llevado un curso de entrenador y nunca he tenido plata, pero era un hobbie”, mencionó don Yulo.
Y agregó: “Él es una de mis estrellas y yo sé que no me va a fallar. Yo aplaudo cuando veo que Barlon no le niega el pase a (Jonathan) McDonald o a (Róger) Rojas; esos son los pilares. No me pierdo un partido de él. Quizás pude haber sacado más jugadores, pero tenerlo a él y a Espinoza en este momento no es tan malo, a pesar de que somos un cantón pequeño. Atenas siempre ha dado jugadores buenos y uno se entretiene viéndolo jugar”.
La Liga casi manda a Barlon a la Segunda y es su revelación
A Barlon Sequeira le habían dicho que como no iba a tener tanta participación en el primer equipo de Alajuelense, lo más probable era que lo mandarían a jugar al Once de Abril, en la Liga de Ascenso.
Pese a que se trata de una reserva de la Liga, esa no era la mejor noticia para este futbolista de 20 años.
A inicios de agosto, los rojinegros fueron a jugar un amistoso en San Mateo y ahí anotó tres goles, sin imaginar que se revocó aquel plan que tenían con él.
Le dijeron que fuera a entrenar y a los pocos días le comunicaron que estaba dentro de la convocatoria de Luis Diego Arnáez para el partido del 5 de agosto contra Cartaginés en el Fello Meza.

En ese encuentro ingresó de cambio y fue uno de los artífices para que la Liga sacara una reñida victoria de 2-3 en un reducto donde los manudos tenían casi tres años de no ganar.
Después de ese día, Barlon ha sido titular en todos los partidos de Alajuelense.
“A partir de ahí cambió en su actitud como persona de forma radical. Él estaba en una parte de su vida que no estaba asimilando muy bien la noticia que le habían dado de que iba para la Segunda y el ánimo no estaba a tope. Andaba bajo de energías, no quería meterse mucho en las conversaciones de la familia y venía llegando de Colombia con la Selección”, relató el tío de Barlon.
“Cuando le dijeron que para ese fin de semana estaba convocado para el partido del fin de semana contra Cartago el hombre cambió por completo, ya se reía, nos contó las historias de Colombia que no nos había dicho nada de eso. Ahorita el hombre está feliz, todo el tiempo está alegre, de buen humor”, reiteró.

No en vano, a estas alturas, él es el futbolista de la Liga con menos de 21 años que acumula más tiempo en la cancha con 749 minutos.
Tras su primer partido como titular en esta temporada, Sequeira le dijo a La Nación que tenía la meta de consolidarse en este torneo, porque se estaba haciendo viejo y no jugaba.
El tío reveló qué fue lo que pasó para que él estuviera con esa idea: “Un día él escuchó en un programa de radio que ya no era el muchacho de 18 años que debutó con el Pato, que ya tenía 20 y que si no pegaba, tenía que ver qué hacía. Eso se le metió en la cabeza. Nos decía que qué tirada, que estaba preocupado y nos costó un poco hacerlo entrar en razón de que él está joven y que a veces la gente abre el micrófono para decir cosas sin sentido, que hacen daño”, contó Sibaja.
Las pasiones desde la grada
“Yo siento riquísimo cuando estoy en el estadio con el corazón en la mano, le dan la bola o él mismo la gana y ya todo el estadio lo apoya, que se oye que lo alientan a que vaya adelante, a que se quite al que tiene enfrente, que vaya hacia el marco”, expresó el tío del jugador.
Dijo que eso lo notó mucho el domingo pasado en la victoria de la Liga ante Grecia (2-0).
“Pasan y pasan la bola, pero si se la dan a Barlon, todo el estadio empieza a apoyarlo, a alentarlo como para que vaya hacia el marco y eso es riquísimo. A mí me gusta disfrutar de esto, de ver cómo mi sobrino está jugando, pero también la emoción que él desata en la gente cuando tiene la bola”.
Dice que no es por presumir, pero que en los juegos no se cambia por nadie al ver los desbordes de Barlon.
“El uno contra uno es lo más fuerte que él tiene y su velocidad impresionante, porque si usted le tira una bola largo, él va a llegarle siempre. Si uno le pone atención al partido, Alex López se da vuelta y ni siquiera tiene que verlo, él le tira la bola y sabe que Barlon está allá en la posición”.

Comentó que a su criterio, tanto el constructor catracho como Cristopher Meneses han hecho que su sobrino se muestre más.
“Pareciera que Barlon tuviera años de años de jugar con ellos. Juegan muy bien y se llevan bien. Uno los ve que en los goles todos se abrazan, como amigos”.
Sibaja también rescata que su sobrino sigue siendo el mismo y que los consejos diarios no faltan, para que no se le suban los humos a la cabeza.
“Tiene un amigo de toda la vida que se llama Felipe Campos y andan juntos para arriba y para abajo, se tienen confianza y en el ambiente normal con todo mundo conversa. Si hay una mejenga en la plaza él va y se sienta a ver, a apoyar a los chiquillos, a conversar con la gente del barrio”, citó.
Asegura que para el jugador todo es lo mismo, pese a que de pronto se convirtió en figura pública y se convirtió en el referente de los jóvenes de la Liga, de todos esos talentos que entrenan a diario en el Centro de Alto Rendimiento en Turrúcares con el anhelo de jugar algún día en la Primera, como Sequeira.
“Fuimos a ver uno de los entrenamientos del equipo de la Primera y estaban los equipos de los más chiquitillos que se quedaron viéndolos. Yo los oía donde hablaban entre ellos de Barlon y yo después le dije a él que esos niños le ponen mucha atención al ser el más joven del equipo con más regularidad, es el que tiene la atención puesta y que debe hablarles y guiarlos también”.

La mamá del jugador cuenta que ella siempre va con su esposo a la mayoría de partidos. Nunca se pierden ninguno. Así en casa como de visita, lo acompañan cuando pueden, pero si no, están pegados al televisor.
“Mi hija no permite que Barlon entre a los partidos sin ella. Valeria es su compañerita fiel desfilando en la cancha”, mencionó.
Uno de los partidos que demostró que su aporte en la Liga no era flor de un día fue el clásico que ganaron los manudos con un golazo de Jonathan McDonald.
“En ese partido contra Saprissa hizo un trabajo bueno y en la noche yo conversaba con él y yo le dije que me sentía muy orgullosa, porque su vida no ha sido fácil, que hubo circunstancias en las que él se comportó como un grande y él decidió lo mejor, que fue ser deportista, jugar fútbol, cumplir un sueño. Él se esmeró porque de verdad nunca quitó el dedo del renglón, siempre dijo que quería ser futbolista, fue su meta y se lo propuso, lo alcanzó y ahí está”.
A la mañana siguiente después de ese clásico, a las 6 a. m., Barlon se subió al bus que lo llevaría hasta Alajuela para entrenar con la Liga, como siempre, como lo hace todos los días.
Su próximo reto será el domingo, cuando Alajuelense visite a Pérez Zeledón, a las 2 p. m., en el Morera Soto.
