Tiene canas, en su rostro ya hay algunas arrugas. Siempre viste de manera elegante. Cuando el juego es de noche usa camisa blanca y pantalón gris, cuando es de día su atuendo es una camiseta blanca con morado y un pantalón café. En su vida ha dado una entrevista, pero tiene mucho que contar.
Vivió la construcción del Estadio Ricardo Saprissa, tiene más de 700 partidos de Primera División al borde de la línea de cal y ha sido testigo de 25 títulos.
Se trata de Antonio Angulo, delegado de campo del Deportivo Saprissa, quien tiene 62 años. Recuerda que su vida en la institución se inició a los 13. Con camiseta y pantalón caqui, corbata y zapatos café (el uniforme del Liceo de San José), el otrora adolescente iba a cuidar la cancha de entrenamiento del Monstruo en La Sabana.
"Don Ricardo Saprissa me conocía porque yo llegaba siempre a los entrenamientos y me decía que si le ayudaba a cuidar la cancha al frente del Estadio Nacional en La Sabana, ahí llegaban clubes como Orión, Libertad, Gimnástica Española y Barrio México, había que ir a cuidar la cancha. Muchas veces llegaba hasta con el bulto", relata Angulo.
Fue juntabolas, repartió panfletos de publicidad durante partidos, en ese entonces no existía la Unión de Clubes de Primera División (Unafut) ni tampoco el cuarto árbitro en el fútbol. Le ha dedicado casi 50 años de su vida al Saprissa.

"Saprissa es toda mi vida. Han sido tantos años y he estado en todos los momentos: en los buenos y en los malos. El orgullo más grande es el de los seis campeonatos", comenta.
Ha visto de primera mano a cientos de jugadores vestir la casaca del campeón nacional, pero ninguno como Fernando El Príncipe Hernández. “Un mediocampista de lujo. Era un mago”.
También ha estado cerca del banquillo de muchísimos entrenadores desde la era de Marvin Rodríguez hasta la fecha. El mejor a su juicio: Alexandre Borges Guimaraes "Fue uno de mis ídolos como jugador y como entrenador tiene una calidad humana muy grande. Una persona sumamente respetuosa, amable y con un gran carisma. Para mí han habido muchos estrategas, pero para mi concepto personal, él es el mejor de todos".
En la actualidad tiene un suplente, por aquello que en algún partido de miércoles por la noche o domingo por la tarde tenga algún contratiempo y no pueda asistir, algo que no ha sucedido hasta el momento.
“No me pasa por la mente dejar el equipo, no pienso en eso, pienso en el cariño por la institución. Hay un muchacho que trabaja en el Centro de Entrenamiento Saprissa que ya sabe las funciones que debe hacer en caso de que algún día le toque”, añadió.
Don Antonio vivirá este domingo una edición más del clásico nacional y espera que el equipo pueda lograr los tres puntos y reducir la brecha con el líder Alajuelense, que ahora es de cuatro puntos.
En su retina hay partidos intensos, triunfos agónicos que inflan el pecho y también derrotas amargas de esas que duelen en el alma. Dice que ha sanado heridas deportivas a puro título.
Desde 1972, el Monstruo ha logrado ganar 25 copas. Lo mal acostumbró a ganar. Vive cada partido al borde de la cancha, con una cinta en su brazo derecho que lo detecta como delegado.
Tiene el respeto de jugadores, cuerpo técnico y miembros administrativos de la institución.
—¿Don Antonio, hasta cuándo estará en el Saprissa?
—Hasta que Dios quiera, don Evaristo (Coronado) a quien vi como jugador y ahora gerente deportivo, me dice que no ha visto a nadie con una salud como la mía.