
Limón. En el segundo palo, ahí donde los goleadores construyen sus leyendas, Henry Cooper “cerró la pinza”: entonces fue la locura en el Juan Gobán y la angustia en el sector morado.
La anotación del limonense decidió un juego parejo, con buenos trazos en varios de sus tramos y empeño en todo el trayecto.
Limón sacó los tres puntos y se alzó con una victoria que le da una inyección anímica, necesaria en sus circunstancias, y una bofetada al Saprissa, inoportuna según lo que vive en este momento.
“En río revuelto, ganancia de pescadores”, enseña el refrán. Cierto: amén de los caribeños, los más alegres con esta caída de bruces de la S son los alajuelenses, pues se quedan solitarios en la cima del Invierno 2012.
Como San Carlos también tumbó a Herediano, la mesa gallega de los manudos fue completa.
Para Saprissa, la derrota de ayer lo pone de nuevo en la “calle de la amargura”, pues es la tercera caída en sus cuatro últimos juegos, algo insoportable para la mancha morada.
Ojo al dato: en esos tres tropezones fue incapaz de marcar un tanto; en otras palabras, si a la S le marcan, el asunto se le vuelve una ecuación de cinco incógnitas y no sabe cómo resolverlo.
Ayer el asunto se agravó porque el gol de Cooper cayó al minuto 83, cuando las fuerzas no son las mismas y el golpe anímico de recibir una anotación se recibe con mayor gravedad.
Dijo Daniel Casas, técnico de Saprissa, en la conferencia de prensa, que no merecían perder el juego; tal vez tenga razón el estratega tibaseño.
El juego, en realidad, fue parejo, aunque una mejor presencia local a la hora del armado.
Sin peso. La S equilibró el ímpetu de los verdes de los primeros minutos de la inicial.
Así como le construyeron oportunidades de gol –incluido una falta en el área de Óscar Duarte, no sancionada por Allen Quirós–, así las fabricó –Erick Samudio sacó un remate de Deyver Vega–.
El problema de la S es que su delantera no pesa. Punto.
A la hora del repaso de las jugadas de peligro, la presencia de los atacantes es escasa.
Pudo marcar antes del gol que les propinaría una nueva derrota, pero Manfred Russel, quien todavía no termina de reventar en el cuadro tibaseño, le tiró al cuerpo a Samudio y dilapidó el chance de poner a su equipo al frente.
Limón pudo haber sacado ventaja antes del 83'.
Sin embargo, los caribeños rizan el rizo, hacen una de más o toman decisiones precipitadas en el último cuarto de cancha.
Hay que comprender: este es un equipo joven y le falta la madurez y la maña que dan los años de “comer zacate”.
Si los limonenses logran sobrevivir a sus penurias económicas, habrá que tener ojo con ellos.
Dijo Casas que su equipo no mereció perder. Tal vez no tenga tanta razón porque el futbol es un deporte que se gana con goles y este Saprissa es evidente que no sabe hacerlos.
Perder y cómo pierde le quita la razón al estratega. Ayer ganó el que tenía que ganar: el que metió un gol más que el rival. Punto.