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El sancionado exvicepresidente de la FIFA Jack Warner, perdió su apelación contra la extradición a Estados Unidos, pero prometió seguir luchando contra los cargos de corrupción.
Warner fue uno de los miembros del comité ejecutivo de la FIFA que votó para entregar a Qatar los derechos de sede del Mundial, que comienza el domingo próximo.
El veredicto del Consejo Privado de Londres, el tribunal de apelación más alto de Trinidad y Tobago, abre el camino a la extradición de Warner más de siete años después de que Estados Unidos reclamara esa medida.
El trinitario Warner estuvo en el centro del escándalo de corrupción de 2015 que envolvió al organismo rector del fútbol mundial y condujo a los arrestos del FBI en Zúrich y al enjuiciamiento de varios altos funcionarios.
Warner fue acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en mayo de 2015 y se emitió una orden de arresto.
El expresidente de CONCACAF, el organismo rector del fútbol en América del Norte, Central y el Caribe, enfrenta cargos relacionados con “fraude electrónico, extorsión y lavado de dinero”.
Los hijos de Warner, Darryll y Daryan, se declararon culpables de cargos como parte de la acusación del Departamento de Justicia.
Warner, de 79 años, fue suspendido de por vida por el comité de ética de la FIFA en setiembre de 2015.
“En sus cargos como oficial de fútbol, fue clave en esquemas que involucraron la oferta, aceptación y recepción de pagos ilegales y no revelados, así como otros esquemas para ganar dinero”, dijo el comité de ética.
En un comunicado, Warner dijo que las medidas legales contra él y otros estaban vinculadas a que Estados Unidos e Inglaterra perdieron sus candidaturas para albergar las Copas del Mundo de 2018 y 2022.
“Los Estados Unidos de América y el Reino Unido, que anteriormente habían sido anfitriones de la Copa del Mundo, no fueron seleccionados a pesar del cabildeo sostenido”.
“Por lo tanto, no estaban complacidos y, a partir de entonces, comenzaron una campaña contra la FIFA que resultó en el arresto y enjuiciamiento de varios miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA”.
Warner reiteró su objeción a la extradición alegando que “no tenía cuenta bancaria ni propiedades en Estados Unidos”, pero dijo que le había pedido a su equipo legal que siguiera defendiéndolo.
“Les he aconsejado que sigan presionando mi caso en las tres etapas restantes de este proceso. (...) Estoy seguro de que al final prevaleceré”, señaló Warner.
