Será el Mundial con 48 selecciones, prácticamente un cuarto del total que participan en la eliminatoria. Pero Costa Rica se quedó de camino y no podrá estar en una Copa del Mundo donde sí participarán reconocidas “potencias” como Jordania y Cabo Verde.
En cambio, la Tricolor figura entre el grupo de eliminados, junto a Kosovo, Venezuela, Islas Caimán y otros nombres ilustres.
Es un histórico descalabro, un ridículo de repercusiones planetarias, cuyas nefastas consecuencias se pagarán durante años. Detrás hay varios factores que explican este momento, el más bajo en el centenario fútbol de Costa Rica.
El entrenador
Miguel “Piojo” Herrera siempre se vio superado por las circunstancias, nunca entendió al fútbol de Costa Rica. No supo si le servían más los legionarios o los del campeonato local; no leyó la eliminatoria, no entendió que Haití es un país hundido en la miseria, pero de selección fuerte.
Herrera dio bastonazos a lo loco durante toda la cuadrangular, hasta llegar al colmo del extravío en el partido ante Honduras: abdicó de su tradicional línea de cinco y migró a cuatro defensores, una improvisación cuando el agua estaba al cuello.
El “Piojo” nunca decidió si prefería a los de fuera o los de aquí; como última muestra de su extraña indecisión, convocó a ocho jugadores de Alajuelense, para dejar siete en la banca y uno fuera de la convocatoria en el partido decisivo.
Tampoco tuvo claro el famoso tema de los veteranos; esperó a Celso Borges lesionado y después del desastre en Haití, lo mandó a la suplencia. Lo mismo con Joel Campbell, que nunca pasó de ser un actor secundario. Es como si Herrera hubiera pretendido utilizar a esas figuras -que están en la recta final de sus legendarias carreras, pero lejos de su mejor momento- tan solo para “amedrentar” al rival.
Federación Costarricense de Fútbol
El Director Deportivo de Selecciones Nacionales es Ignacio Hierro. ¿Quién? Sí, exacto: un desconocido sin trayectoria ni en Costa Rica, ni en México (su país de origen), ni en ningún otro lugar.
La Federación prescindió de Claudio Vivas, un curtido lobo de mar que ya conocía el país y hasta tuvo a cargo la Selección durante algunas interinidades. En su lugar llegó Hierro, que venía del equipo Sporting FC. Y nos preguntamos, ¿qué tanto hizo en Sporting, como para que de una vez diera el salto a la Federación?
Las selecciones menores volvieron a Campeonatos Mundiales este año, pero en parte fue gracias a que el nuevo formato también incluía 48 participantes; es decir, el ancho portón que la Mayor no pudo aprovechar.
La Fedefútbol llamó a cuentas al entrenador Herrera de forma atropellada, incluso para meterse en la convocatoria de jugadores después de la primera Fecha FIFA, cuando le “sugirieron” llamar a los veteranos. En esa cadena de improvisaciones el “Piojo” tuvo que inventar, empezar a cambiar las convocatorias y sacarse microciclos de la manga dentro del torneo local, en una muestra de falta de planificación.
Jugadores
Los futbolistas son los grandes actores llamados a dar la cara. Y por supuesto que también fallaron estrepitosamente.
Hay una generación perdida de jugadores que se fueron a otros países, principalmente a la MLS, y nunca tomaron el relevo. Los nombres de Jimmy Marín, Randall Leal, Marvin Loría, Gerson Torres, Ariel Lassiter, etc., tenían la oportunidad de convertirse en las nuevas grandes figuras. Pero nunca rompieron el cascarón; más bien, algunos se devolvieron al país y obligaron al cuerpo técnico de la Selección a recurrir a novatos aún muy verdes, o a veteranos que ya estaban pensando en el partido del retiro.
Entre los que sí participaron de la eliminatoria, la media cancha fue un eterno naufragio y sigue pendiente la deuda del nuevo número 10, tras el retiro de Bryan Ruiz. En cuatro años no fue posible alistarle un reemplazo (ven la importancia de un Director de Selecciones Nacionales, que tenga esa mira de mediano y largo plazo). Brandon Aguilera falló en esa posición, otra de las contradicciones del “Piojo”: lo defendió hasta llegar a discusiones con la prensa, aludiendo a números que nadie más entendía, pero lo dejó de llamar cuando ya era evidente que le hacía más daño al muchacho convocándolo.
Por las bandas también hay deudas pendientes y hasta se abre la puerta a las dudas de por qué insistió tanto en ciertos jugadores, como Haxzel Quirós.
Alexis Gamboa se hizo pequeño a la hora grande; Waston parecía ponerse el traje de superhéroe, pero al momento decisivo tampoco dio la talla. Y así cada uno, con la excepción de Alonso Martínez (lesionado ante Haití), Keylor Navas y Manfred Ugalde, que en todo caso tampoco pudo echarse el equipo al hombro.
En la portería, Keylor hizo el favor de volver a la Selección, en busca de su cuarto Mundial. Patrick Sequeira se consolidó como el próximo guardameta, pero en el tercer portero emergió otra de las contradicciones del “Piojo”: mientras cada vez le daba más protagonismo a los jugadores veteranos del ámbito local, para la última convocatoria desechó a Esteban Alvarado y llamó a un Kevin Chamorro de poco protagonismo en Portugal.
En la última jugada del partido ante Honduras, Alejandro Bran cobró un pésimo tiro de esquina, cuando estaba hasta Keylor cabeceando. Después, Bran tomó la bola y no la llegó ni al área en un saque de banda. Excelente metáfora que resume en 10 segundos el desastre de una eliminatoria, la peor de toda la historia.
