
Los costarricenses que irán a las urnas el próximo domingo 1.° de febrero son el vivo reflejo del proceso de envejecimiento poblacional que atraviesa el país, producto de la caída en la fecundidad y de una afianzada esperanza de vida al nacer.
El padrón electoral para los comicios del 2026 evidencia, comparado con el de los seis procesos anteriores, la pérdida de peso del segmento de votantes menores de 30 años, la existencia de una base mayoritaria de personas de edad media de entre 30 y 49 años, así como un crecimiento muy fuerte del grupo de entre 50 y 64 años.
Ejemplo del cambio que viene sufriendo el registro de sufragantes es que para la elección del 2002 la edad más repetida era 20 años. Para el 2026, es el doble, 40 años, según datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
La Nación analizó los padrones electorales entre 2002 y 2026. Con la ayuda del demógrafo Gilbert Brenes Camacho, del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (CCP-UCR), se repasará el cambio poblacional y cómo este influye en el momento de acercarse al voto.
“El determinante mayor del envejecimiento poblacional es el descenso en la natalidad, y esto coincide con la cantidad de personas en cada grupo de edad.
“Hay más personas entre los 50 y 65 años producto de la natalidad de entre 1960 y 1975. Después, hubo una desestabilización que coincide con la crisis de la década de 1980. Y después, de 1990 y hasta ahora, la natalidad ha venido decreciendo en una forma bastante sostenida.”, expresó Brenes.
Un padrón que crece, pero cada vez menos
Una primera señal sobre el proceso de envejecimiento que atraviesa el padrón electoral es que, aunque este sigue creciendo, lo hace cada vez a un ritmo menor
Entre el 2002 y el 2026 el registro de votantes aumentó en 1,5 millones de personas, pero el porcentaje de crecimiento muestra un descenso. Mientras que entre 2002 y 2006 el incremento fue del 11,88%, entre 2022 y 2026 fue del 5,36%.
“Los cambios se ven reflejados en el padrón más tarde, porque la gente que vemos entrar para estas elecciones son producto de los nacimientos en la segunda mitad de los 90s”, expresó Brenes.
El padrón hoy
Si se analiza la composición del padrón por edad, se nota que los votantes menores de 30 años cada vez representan una menor porción del total. De hecho, en la actualidad son el 22,98%.
Mientras tanto, hay una fuerte proporción de edad media, con tres de cada cinco personas entre los 30 y los 49 años.
“Es un padrón que dejó de ser mayoritariamente joven para ser mayoritariamente de una edad media”, resumió Brenes.
Los cambios del padrón en cada grupo de edad
Se analizaron cuatro grupos de edad:
- De 18 a 29 años.
- De 30 a 49 años.
- De 50 a 64 años.
- De 65 y más años.
En términos generales, entre 2002 y 2026, los dos primeros grupos perdieron peso dentro del padrón y los dos últimos la aumentaron.
En ese periodo, el mayor descenso lo experimentó la población más joven de votantes (una reducción del 27,78%), seguida por el grupo de 30 a 49 años que se redujo en un 8,94%.
Mientras tanto, el aumento mayor se registró entre los electores de entre 50 y 64 años (79,98%). Por su parte, en el segmento de los adultos mayores (más de 65 años) el aumento fue de un 72,64%.
Los menores de 30 años
Brenes manifestó que en el 2002 hubo un punto de inflexión: Costa Rica alcanzó la tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer (antes estaba más alta) y desde entonces ha venido en descenso.
Dicha caída ya se notaba en 1995, momento en que nacieron quienes en este 2025 cumplieron 30 años.
“El gran descenso de la natalidad en los últimos 10 años se verán en unos 10-15 años en los padrones electorales. Y se verá con fuerza”, apuntó.
Una edad media fortalecida
Quienes hoy tienen entre 40 y 64 años son los hijos de la generación de baby boomers, quienes no tuvieron tantos hijos como sus padres, pero sí eran muchas personas teniendo hijos al mismo tiempo.
Esto explica el crecimiento de ese segmento del padrón durante los últimos 24 años.
Adultos mayores en crecimiento, todavía no los suficientes
Para Brenes, la longevidad y la llegada de los baby boomers a la adultez mayor todavía no refleja grandes números en estas edades. Sin embargo, sí hay cambios fuertes. En el 2002 estos electores representaban el 9,32% del padrón, pero en este 2026 son el 16,09%.
“El peso de los adultos mayores se verá en 20, 25, 30 años. Por varias elecciones las personas de 45 a 60 tendrán preponderancia”, expuso.
La edad cuenta
Para el politólogo José Andrés Díaz González, coordinador de la Encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo), la fluctuación en las edades también puede verse en las urnas, no necesariamente por el apoyo a determinadas candidaturas, sino por el comportamiento en términos de indecisión, abstencionismo o posibilidad de cambiar de opinión durante la campaña.
“Lo que se encuentra en la literatura es que el momento de vida tiene mucho que ver con la decisión de las personas. Los adultos mayores tienden a ser más conservadores: menos dispuestos a correr riesgos, buscan más la estabilidad, a preferir lo conocido. Y eso puede facilitar que ciertas candidaturas o discursos capten más fácilmente al votante.
“No podemos generalizar, diferentes personas adultas mayores van a tener diferentes visiones de vida según sus vivencias educativas y sociales que han tenido, pero esas son las tendencias internacionales. No es de extrañar ver en Costa Rica comportamientos similares.
“Las personas más jóvenes, en cambio, tienden a ser más abiertas a más opciones. En este caso no se sienten apeladas por las opciones que encuentran, por lo que su indecisión es mayor”, concluyó.
