Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, afirmó que es muy prematuro para empezar a “tomar lados y amarrarnos a una posición” con respecto a las amenazas del mandatario estadounidense, Donald Trump, quien anunció su intención de retomar el control del canal de Panamá. En su lugar, el costarricense hizo un llamado a los gobiernos de ambos países a dialogar y resolver sus diferencias sobre el manejo de la vía interoceánica, por donde transita el 5% del comercio marítimo global.
“Yo espero que esa conversación termine en un acuerdo satisfactorio para las partes, pero necesitamos todavía, antes de pronunciarnos, entender un poco mejor la dinámica de las declaraciones del señor Trump y posibles motivaciones. Obviamente, todos los pueblos del mundo queremos la paz y la soberanía de las naciones. Costa Rica sugiere, respetuosamente, que se sienten a conversar”, declaró Chaves, el 22 de enero, desde Casa Presidencial.
El presidente de Costa Rica fue consultado por la prensa sobre las manifestaciones que hizo Trump, el pasado 20 de enero, durante su discurso inaugural. Ese día, que marcó el inicio de su segundo mandato, el republicano anunció que buscará recuperar el control del canal de Panamá, alegando incumplimientos por parte de ese país y acusando a China de operar la vía interoceánica.
Al respecto, Chaves manifestó que hay “argumentos de ambos lados, los cuales vamos a discernir”.
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“Yo en el fondo de mi corazón creo que una invasión militar es muy, muy improbable. Eso sería reprobable, violaría un montón de leyes internacionales y principios establecidos, y lo que pareciera estarse perfilando, es una negociación bilateral de ambos países”, expresó.
El gobernante prevé que esta discusión se va a centrar en dos puntos. El primero, sobre la supuesta influencia de China en la administración del canal y el segundo, sobre el monto de las tarifas que se le cobran a los navíos estadounidenses, tanto militares como comerciales.

El rol de China
Según reportó la agencia de noticias AFP, China incrementó su influencia en Panamá desde que el país centroamericano estableció relaciones diplomáticas con Pekín, en 2017. Empresas chinas desarrollaron proyectos significativos, como la construcción de un puerto para cruceros y un puente sobre el canal, lo que alimenta las preocupaciones de Washington.
Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, manifestó el 22 de enero que su país “no participa en la gestión ni en la operación del canal y nunca interfirió en los asuntos del canal”.
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Desde 1997, Panama Ports Company, una subsidiaria de la empresa china Hutchison Holdings, opera los puertos de Balboa y San Cristóbal, en las entradas al canal de Panamá, por el Pacífico y el Atlántico, bajo una concesión que fue prorrogada en 2021 por 25 años.
Autoridades panameñas iniciaron una auditoría del operador chino, el pasado martes 21 de enero, cuyo objetivo es garantizar el uso eficiente y transparente de los recursos públicos, según anunció la Contraloría del país vecino en la red social X (antes Twitter).
El ente fiscalizador busca “determinar si se cumplen (...) los acuerdos de concesión pactados entre Panama Ports Company y el Estado panameño, verificando que la empresa esté reportando adecuadamente sus ingresos, pagos y aportes al Estado”, señaló.
Molestia por tarifas
Donald Trump también ha expresado su descontento con las tarifas que los barcos estadounidenses deben pagar para transitar por el canal, calificándolas de “exorbitantes”. Según el mandatario, estos costos representan una desventaja injusta para Estados Unidos, lo que refuerza su postura de que el canal debería estar bajo control de Estados Unidos.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, rechazó estas acusaciones, asegurando que las tarifas son justas y se establecen con base en condiciones del mercado y costos operativos. Además, destacó que el canal es un “patrimonio inalienable” de Panamá, cuya administración es completamente soberana.
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Mulino sostiene que “el canal no fue una concesión de nadie”, sino producto de luchas populares y de los tratados Torrijos-Carter de 1977, conforme a los cuales el control de la vía fue entregado a Panamá en diciembre de 1999.
Según los acuerdos, Panamá se comprometió a garantizar el acceso libre y neutral al canal para todos los países. Aunque los compromisos reconocen la potestad de Estados Unidos de usar la fuerza en caso de amenaza al comercio, esto solo aplicaría para mantener la vía operativa, no para tomar control de ella.
El canal de Panamá, construido por Estados Unidos e inaugurado en 1914, tiene a este país norteamericano y a China como sus dos mayores usuarios.