El proceso con miras a las elecciones del 2026, que comienza este 1.° de octubre, tiene características diferentes a las vistas en otros momentos, y sus desafíos deben encararse de otras formas. Esto involucra a las autoridades electorales, a los partidos políticos y a la ciudadanía.
Para Luis Antonio Sobrado González, expresidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), esta no solo será una campaña movida por las altas probabilidades de una segunda ronda, sino que será un proceso en el que la desinformación podría aumentar, con mayor intención de manipular y con posibles tintes violentos.
LEA MÁS: Calendario electoral 2026: ¿qué fechas clave se avecinan?
A las puertas del inicio de un nuevo periodo electoral, La Nación conversó con Sobrado. Este es un extracto de la entrevista.
- ¿A qué nos llaman estos cuatro meses previos a la elección? ¿Por qué se caracteriza esta época?
- Es una llamada que hace el TSE para que todos los costarricenses mayores de 18 años concurran a votar el 1.° de febrero para hacer la renovación del gobierno nacional.
”El primer deber básico es emitir el voto. El segundo es igualmente importante: que ese voto que vayamos a ejercer lo hagamos de manera informada. Sabiendo las opciones, enterándose de qué proponen esos candidatos y escogiendo al equipo de personas que sean las más solventes en el criterio de cada uno, porque quienes elijamos nos gobernarán a todos, a quienes votaron por ellos y a quienes no, durante cuatro años más en esta difícil etapa que atraviesa el país”.
- Menciona una etapa difícil en el país. ¿Qué caracteriza el inicio de esta campaña electoral? ¿En qué escenario se enmarca? Es muy diferente a la que se ha visto en periodos anteriores, y también ha estado marcada por reclamos del presidente de la República al TSE.
- Yo lo primero que tendría que indicar es que los últimos cuatro años presentan una etapa inédita en la manera de ejercer el poder político en Costa Rica, por la forma y por el fondo.
”Por la forma, a través de una serie de actitudes polarizantes de descalificación de la prensa, de los gobiernos políticos y también del árbitro de las elecciones, que es el TSE.
”Por el fondo, una administración que tiene una agenda populista con algunas derivas autoritarias que claramente se han ido marcando en los últimos cuatro años.
”El desafío mayor que tenemos los costarricenses es si queremos continuar por esa senda populista y de creciente autoritarismo o si vamos a rechazar y a retornar a cauces políticos más tradicionales, más alineados con valores democráticos dentro de la enorme variedad de opciones que se tienen.
”Lo que se juega el 1.° de febrero es mucho, es un momento eventualmente de rectificación de rumbo político o de sumergirnos definitivamente en esa línea poco democrática que se ha ido imponiendo en los últimos años”.
-Y con un abstencionismo que se ha mantenido alto en los últimos años.
- Costa Rica se caracterizaba por una fuerte participación. Teníamos un índice de participación tradicional del 80% de la ciudadanía.
”Hoy por hoy andamos muy por debajo de ello, lo que denota el desinterés por la política, enojo con los políticos, pero desgraciadamente esa actitud, lejos de resolver los problemas, los genera en mayor instancia.
”Creo que para todos es claro que el buen hacer o el mal hacer del próximo gobierno a todos nos afectará. Si lo que tenemos es un gran enojo con la manera en que se han manejado las cosas, el abstenerse de ir a votar no resuelve nada, no golpea a nadie, sino que únicamente lo que hace es favorecer a aquellos movimientos políticos que tienen un voto duro y que, por tanto, tienen un mayor porcentaje de concurrencia en las urnas. Si eso es así, puede resultar un presidente o una presidenta que en realidad no sea del agrado de la mayoría y que no tenga posibilidades de asumir esa gran tarea de hacer una mejor política para todos”.
- Esta campaña política también se da en una época de mayor uso de redes sociales, inteligencia artificial, mayores frentes de información o desinformación. ¿Cómo enfrentar este reto?
- Sin duda, tradicionalmente, todos los mecanismos de desinformación en la política van de la mano con estas agendas populistas.
”En la medida en que nos dejemos manipular por determinados sectores o por determinados líderes sin ser críticos frente a ese mensaje adulterado, caemos en sus garras y terminamos escogiendo una serie de candidatos sobre la base de una visión falsa del país, y esto desde luego representa un enorme riesgo.
”Yo llamaría a la gente a verificar las informaciones que circulan en redes sociales, acudir a medios de comunicación serios y responsables, y así poder contrastar si nos están diciendo la verdad o si, por el contrario, están tratando de manipular nuestro conocimiento, nuestras emociones, para hacer lo que otros quieren y no necesariamente lo que nosotros creemos”.
- Y también coincide con que el Código Electoral incorporó recientemente dos fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para también restringir la difusión de logros de gobierno en los sitios de Internet y redes sociales del Ejecutivo.
-Sin duda, las realidades cambian. Si nos situamos en lo que pasaba en Costa Rica hace 20, 30 o 40 años, la principal forma de discutir en política y de promover la discusión y el intercambio en este terreno, lo eran los medios de comunicación tradicionales.
”Hoy por hoy, la mayoría de los costarricenses conocen de política y socializan el mensaje político a través de las redes sociales, y por eso es que hoy es mucho más peligroso que el mensaje propagandístico, canalizado a través de estas redes, genere una distorsión en la ciudadanía y en esa tarea delicada de formar criterio”.
- Y esto se une a declaraciones de un mandatario que acusa al tribunal electoral de ponerle una mordaza.
- No significa esto amordazar o callar a nadie; la verdad es que el presidente y los funcionarios tienen la plena capacidad de seguir desplegando sus actividades, inclusive de atender a la prensa, de asistir a inauguraciones. La restricción es no hacer propaganda de lo que se hace o de lo que no se hace.
”Se busca mantener equidad en la contienda. Recordemos que, si los poderosos recursos gubernamentales son puestos al servicio de un partido político, del partido gobernista, se crea un ambiente inequitativo, y la idea de unas elecciones íntegras es que el terreno esté parejo para todas las agrupaciones políticas.
”¿Se puede hablar de los méritos de una administración? Claro, claro que se puede hacer, pero eso es responsabilidad o tarea del partido afín al gobierno. En cambio, al gobierno como tal, lo que se le pide es apartarse del escenario de la disputa político-electoral y dejar que sean los partidos los que emprendan esta discusión.
”Yo creo que ese necesario paso al lado que tiene que dar el presidente –y el Poder Ejecutivo en su conjunto– y la institucionalidad costarricense, es en respeto al elector”.
- ¿Teme usted que haya reclamos de fraude por algunos grupos, como hace algunos años?
- Siempre hay una tentación de los partidos políticos de digerir inadecuadamente un fracaso electoral, y a veces la tendencia es (achacar al) árbitro de la elección un fracaso que en realidad solo se debe a los errores que uno como político podría estar cometiendo.
”Dicen a veces que, igual que en el fútbol, el partido se gana a pesar del árbitro o se pierde por el árbitro, pero esto no es así.
”En Costa Rica tenemos un Tribunal Supremo de Elecciones muy confiable, que está dentro de los primeros lugares del mundo como órgano electoral capaz y competente de gestionar procesos electorales, un verdadero organismo de lujo en el cual los costarricenses podemos confiar.
”Yo invito a todos los ciudadanos para que conozcan estos mecanismos. Hay amplia información en el sitio web del TSE para saber que hay una serie de candados que impiden, repito, que se manipule el resultado electoral”.
