El editorial de La Nación sobre la Caja Costarricense de Seguro Social, publicado el 15 de setiembre, describe un panorama sombrío, marcado por crisis en los servicios, deudas financieras y problemas de gestión. En resumen, se habla de un colapso tras otro y de un rumbo perdido.
Lo que nos presenta este editorial como un triste resultado no debe asumirse con resignación. La Caja NO es un proyecto fallido: sigue siendo el pilar más sólido de cohesión social en Costa Rica. Su relevancia histórica y presente no se puede cuestionar. Lo que hoy enfrentamos es el resultado de falencias acumuladas de muchos años que al día de hoy exigen decisiones valientes, no fatalismos ni llamados subliminales al miedo.
La CCSS necesita un nuevo contrato social con sus ciudadanos, y ese contrato debe construirse sobre tres pilares: sostenibilidad financiera, gobernanza con visión de Estado y modernización del sistema.
Sostenibilidad: invertir en la Caja es invertir en el país
Se nos insiste en la fragilidad de las finanzas institucionales, en la deuda del Estado y en el peso que estas obligaciones representan. Sin embargo, el verdadero problema no es la deuda en sí, sino la ausencia de un modelo claro y permanente de financiamiento en el que ya la actual administración está trabajando intensamente en la búsqueda de soluciones reales.
La Caja no puede depender de soluciones coyunturales ni de la voluntad política del gobierno de turno. Urge un acuerdo nacional de sostenibilidad, con reglas fiscales específicas que reconozcan la naturaleza única del sistema de salud y pensiones.
Invertir en la Caja no es un gasto: es la inversión más estratégica que Costa Rica puede hacer en bienestar, productividad y paz social. Cada colón que se destina a la CCSS se traduce en días de trabajo recuperados, en familias seguras, en cohesión nacional
Gobernanza: blindar la Caja de la improvisación política
El editorial señala que el factor político ha debilitado la institución. Es ingenuo pensar que una institución como la Caja, que consume el 40% del presupuesto nacional, este exenta de esta influencia. Sin embargo, debo decir que, durante mi tiempo como director, nunca he recibido presión alguna del Poder Ejecutivo para hacerme cambiar mi criterio. Las decisiones que he tomado han sido propias de mi visión de generar y fortalecer la grandeza institucional.
La Junta Directiva debe estar blindada de presiones partidarias y funcionar bajo criterios de idoneidad técnica y compromiso social. La CCSS no puede ser rehén de intereses de corto plazo. Su rol trasciende a cualquier administración: es garante de políticas de Estado de largo plazo en salud y seguridad social.
Modernización: del atraso al salto cualitativo
Las listas de espera interminables, los sistemas digitales rezagados y la saturación de emergencias no son el resultado, como deja entrever el editorial, que nos llevará a un colapso inevitable. La raíz verdadera del problema es la falta de una modernización oportuna, que debió haberse iniciado hace 20 años.
La Caja debe acelerar la digitalización integral de procesos clínicos y administrativos, avanzar decididamente en telemedicina y fortalecer la red de atención primaria. Estas medidas no son simples innovaciones tecnológicas. Son pasos indispensables para descomprimir hospitales y garantizar atención oportuna.
Al día de hoy, la institución ya ha iniciado planes remediables para paliar o contrarrestar el impacto de las nefastas listas de espera y sus efectos en la prestación de servicios. Este proceso de depuración y mejora no significa que se ha dejado de trabajar en otras áreas clínicas que están despuntando en la excelencia: trasplantes multiorgánicos; nuevas e innovadoras propuestas terapéuticas; proyectos de investigación clínica. Todos estos, al servicio de nuestros pacientes.
En el ámbito de pensiones, se necesita un debate responsable y sin tabúes sobre ajustes paramétricos y nuevas propuestas de ingresos, siendo esta última la opción que debe fortalecer el contenido económico de los fondos de pensión, y que evite alargar las edades de derecho a pensión y aumentos en las ya onerosas aportaciones de trabajadores, empresas y gobierno. Hemos sido, como institución, poco vocales en estos resultados al gran público y esa es nuestra culpa como Junta Directiva.
Reconstruir confianza: del diagnóstico al liderazgo
Costa Rica no necesita otro listado de añejos problemas. Ya esos problemas, como Junta Directiva, los hemos identificado y estamos trabajando en ellos intensamente, dando soluciones puntuales. Nuestro principal objetivo es colocar a la CCSS en la ruta de la sostenibilidad, la buena gobernanza y la modernización.
El futuro de la Caja no puede decidirse en el ring de los editoriales ni en la coyuntura de cada crisis. Debe verse como un proyecto nacional, con transparencia, con participación ciudadana y con visión de Estado.
Defender la CCSS no significa negar sus falencias. Significa atreverse a transformarla con trabajo duro y visionario. Significa garantizar que la institución que salvó a Costa Rica en los momentos más críticos del siglo XX y XXI siga siendo, por muchas décadas más, la columna vertebral de la justicia social.
La Caja no ha perdido el rumbo. Lo que necesita es que tengamos el coraje de trazárselo nuevamente. Y ese rumbo se llama: sostenibilidad, gobernanza y modernización.
fgjinesta@gmail.com
Francisco González Jinesta es miembro de la Junta Directiva de la CCSS.