
El MOPT insiste en mantener la ruta por Cambronero a orilla del guindo, en lugar de proyectar un nuevo trazado sobre terreno más estable. Desde el punto de vista geotécnico, la franja donde se asienta la actual carretera presenta suelos de alta susceptibilidad a deslizamientos, drenajes inadecuados y pendientes naturales que superan los límites de seguridad recomendables.
El costo de expropiar terrenos más adentrados en tierra firme se ha utilizado como justificación, pero ese argumento ignora el costo social y económico de los continuos cierres, accidentes y pérdidas económicas al comercio en general.
Cada intervención de emergencia termina saliendo más cara que una reubicación planificada con criterios modernos de ingeniería y resiliencia.
Cambronero es un ejemplo claro de cómo las soluciones temporales perpetúan el riesgo.
Costa Rica necesita que el MOPT asuma la visión técnica y ética de rediseñar esa ruta sobre suelo estable, aunque implique una inversión inicial mayor. Mantener una vía al borde del abismo es, literalmente, insistir en el error.
jaimemoreram@gmail.com
Jaime Morera Monge es ingeniero.