
“En febrero no solo votamos: en febrero defendemos derechos”, publicó el colectivo Brujas Feministas CR en noviembre. La afirmación es certera, porque en un escenario mundial y nacional donde la instrumentalización de los derechos y la deshumanización se han vuelto parte fundamental de las estrategias políticas, es necesario replantear la nuestra participación cívica y asumir una actitud crítica y activa.
Las candidaturas de Laura Fernández (Pueblo Soberano) y Fabricio Alvarado (Nueva República) pelean por ser la voz del sector conservador, que dice defender “valores judeo-cristianos” y cuyo lobby político celebró que este gobierno privara a la niñez y la juventud del Programa de Afectividad y Sexualidad Integral y de la protección de la vida para las personas gestantes al eliminar la norma técnica del aborto terapéutico.
Para mí, no es opción perpetuar ideales machistas y homofóbicos detrás de ideas como la “familia tradicional”. ¿Por qué estos sectores se oponen tanto al cambio y atacan a quienes llaman “chancletudos” o “progres”; personas, como yo, que buscamos una sociedad más justa y equitativa, donde quepamos todes?
En un país democrático como el nuestro debemos defender la libertad de expresión como espacio para la diversidad de voces, pero no podemos escudarnos en ella para disminuir los derechos humanos de otros grupos. Los discursos de odio ponen en peligro la democracia.
Pero, ¿cómo podemos siquiera asegurar ese derecho si varias emisoras AM, FM y canales de televisión se quedaron fuera de competencia por los altos costos para participar en la subasta de frecuencias fijados por la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel)? Como denunció el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (Iplex), es un gran golpe a la libertad de expresión, porque silencia a ciertas voces que solo podían expresarse en medios pequeños.
Así que este febrero tomemos una decisión que nos acerque a una Costa Rica justa y protectora, no a una divisoria y excluyente.
Juan de Dios Murillo Lizano es estudiante de Comunicación Social de la UCR.