
Leí con atención la entrevista que el periodista Luis Enrique Brenes, de La Nación, realiza al superintendente de Pensiones actual y amigo de muchos años, Hermes Alvarado, respecto a la prórroga de dos años, que el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), aprobó para la entrada en vigor de la reforma de Fondos Generacionales para el Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP).
Comparto con el señor superintendente que reformas de este tipo requieren tiempo para su reflexión y análisis. Debo indicar que implementar los Fondos Generacionales obliga a realizar otras reformas y modificaciones en la regulación, supervisión y operación de las operadoras de pensiones (OPC), para armonizarlas de acuerdo con el diseño de los fondos generacionales. Esa no es una tarea sencilla.
Por ejemplo, la dinámica de los Fondos Generacionales obliga a las OPC a modificar sus políticas y estrategias de inversión y, por lo tanto, sus procesos de administración de riesgos. Yo esperaría que la regulación financiera permita estrategias de inversión altamente diversificadas, principalmente en el mercado internacional.
Si bien los Exchange Trade Funds (ETF) han sido el vehículo refugio para invertir en el mercado internacional, no debemos olvidar que su alta concentración puede conllevar riesgos de mercado importantes, dependiendo del índice referencial que se utilice.
En el tema de la inversión internacional, soy de los que piensan que el límite actual, del 50% del fondo, no es sostenible bajo un esquema de fondos generacionales. No solo debe ampliarse ese límite, sino también las alternativas de inversión, tanto locales como internacionales.
Yo esperaría que la propuesta de reforma explore ese tema de forma técnica y que se proponga la modificación que corresponda en la Ley de Protección al Trabajador. Este detalle es clave para que la reforma de Fondos Generacionales aumente la tasa de reemplazo al momento de la jubilación, tal como lo indica el señor superintendente.
Problema existe en la etapa de disfrute
Por otra parte, la reforma de Fondos Generacionales debe resolver el problema existente en la etapa de la prestación o el disfrute de los beneficios en el momento de la jubilación. Muchas veces se confunde este momento como el retiro masivo de los fondos. Cuidado si no, el disfrute de los recursos del ROP, cuyo fin es previsional, es la etapa más importante para el pensionado.
En este aspecto, mi respetuosa consideración es que nada se gana con los Fondos Generacionales, si la etapa de la prestación de los beneficios no está bien diseñada.
Supervisión basada en riesgos
En otro apartado de ideas, la reforma de Fondos Generacionales representa un importante desafío para los reguladores y supervisores para la implementación efectiva de la supervisión basada en riesgos. Este concepto merece un capítulo aparte, pero lo más importante es la consistencia entre la regulación y la supervisión.
Si el modelo de supervisión soslaya solamente en una revisión tácita de un check-list para validar el cumplimiento y no se profundiza en la calidad de gestión de riesgos de las operadoras de pensiones, la visión prospectiva en la toma de decisiones de dichos gestores y el análisis técnico de dichas instituciones, se corre el riesgo de que la reforma de Fondos Generacionales no logre su objetivo, que es maximizar el saldo acumulado del trabajador al momento del retiro.
Finalmente, el actor más importante (el trabajador) no puede ser descuidado. La reforma debe diseñarse en un marco de educación al trabajador. A diferencia de campañas de información, la Superintendencia de Pensiones y la industria de las operadoras de pensiones deben trabajar en temas de educación previsional y los riesgos inherentes de un modelo de Fondos Generacionales. Como toda actividad financiera, hay riesgos que el trabajador debe conocer y entender.
El autor fue superintendente de Pensiones (2002-2009), superintendente de Seguros (2009-2012) y superintendente de Entidades Financieras (2012-2017).