Circula en redes sociales una fotografía de un artículo publicado años atrás en la edición impresa del diario La Prensa Libre, titulado “Ex presidente del TSE revela fraude en elecciones de 1998″. Múltiples usuarios se basan en dicha imagen para poner en duda la credibilidad del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y especular sobre el supuesto riesgo de que se manipule el resultado de la segunda ronda de elecciones que se realizará el próximo 3 de abril.
Tales publicaciones inducen a error porque, en realidad, nunca se llegó comprobar —o siquiera a denunciar— que se cometiera un fraude en los comicios de hace 24 años. Incluso, Rafael Villegas, el expresidente del TSE al que hace referencia el artículo de La Prensa Libre, declaró al momento de jubilarse que existía garantía total de la limpieza y la transparencia del sistema.
Lo que popularmente se conoce como “fraude electoral” se refiere a una situación en la que se altere la voluntad expresada por los votantes en las urnas. Es decir, que los electores elijan al candidato X, y un grupo se organice para modificar dicho resultado, con el objetivo de darle la victoria, de forma ilegítima, al aspirante Y. En las elecciones de 1998, nunca se reportó una situación por el estilo. Lo que sí se denunció fue la publicación de una encuesta de intención de voto horas antes del cierre de las urnas, pese a la prohibición establecida por el Código Electoral.
Controversia por publicación de encuesta en Canal 7
La controversia a la que hizo referencia Villegas en el artículo de La Prensa Libre ocurrió en febrero de 1998, cuando se enfrentaron en las elecciones presidenciales el entonces candidato del partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Miguel Angel Rodríguez, quien resultó ganador; y el liberacionista José Miguel Corrales.
El Partido Liberación Nacional (PLN) se quejó de que el propio día de las votaciones, el 1.° de febrero, el noticiero Telenoticias, de Canal 7, transmitió dos horas antes del cierre de las urnas electorales el resultado de una encuesta de CID-Gallup que le daba a Rodríguez Echeverría una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre Corrales Bolaños.
El equipo liberacionista aseguró que la divulgación de la encuesta desalentó a los votantes verdiblancos de asistir a las urnas. Moisés Fachler, tesorero nacional del PLN durante esas elecciones, declaró que “mucha gente dejó de trabajar, dejó de participar en el transporte porque dio por un hecho esos resultados y el votante que estaba a punto de salir de sus casas no fue a las urnas”, según lo reportó La Nación.
El Código Electoral de esa época prohibía “la difusión o publicación, parcial o total, por cualquier medio, de sondeos de opinión pública o encuestas relativas a procesos eleccionarios, durante los dos días inmediatos anteriores al de las elecciones y el propio día.” El Código Electoral vigente, emitido en el 2009, extendió dicha prohibición a los tres días inmediatos anteriores al de las elecciones.
Por ese motivo, el 3 de febrero, dos días después de las elecciones de 1998, el TSE acordó denunciar el caso ante el Ministerio Público. Tras un mes de investigación que incluyó un allanamiento a CID-Gallup, la Fiscalía solicitó desestimar la causa. El fiscal a cargo consideró que el proceso no podría avanzar, pues, por un vacío legal, la norma no establecía ninguna pena para quien incumpliera la prohibición sobre publicación de encuestas en los dos días previos a la elección.
Por su parte, Guillermo Fernández, quien entonces era el director de Telenoticias, dijo haberse equivocado al tomar la decisión de divulgar los resultados de la encuesta.
Hacer fraude en Costa Rica es ‘imposible’, dice el TSE
El recorte de periódico de La Prensa Libre empezó a circular luego de que Pilar Cisneros, diputada electa del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), dijera que el PLN sería capaz de hacer “chorreo de votos” en el balotaje en el que se enfrentarán ambas agrupaciones, el próximo 3 de abril.
Según el diccionario usual del Poder Judicial, lo que popularmente se conoce como “chorreo de votos” es una expresión que comprende distintos tipos de fraude electoral, por ejemplo, la introducción en la urna de papeletas falsas, la sustracción de papeletas desde la urna, o bien, la marca de votos en blanco, para alterar el resultado de una elección. La diputada electa no mostró evidencia de que existan planes para realizar alguna de esas prácticas delictivas en la elección venidera.
Al respecto, el TSE declaró que es “imposible” que en Costa Rica se organice un fraude electoral debido a la cadena de blindaje que protege al proceso electoral, desde la impresión de las papeletas hasta la destrucción del material electoral.
Los controles incluyen, por ejemplo, la presencia durante toda la jornada electoral de miembros de mesa y fiscales de los partidos políticos, quienes pueden vigilarse entre sí para asegurarse de que ninguno altere el material electoral. Además, cuando las urnas se cierran y los votos se cuentan, cada junta receptora de votos debe verificar que la cantidad de electores que se presentaron, votos emitidos, abstencionistas y papeletas sobrantes sean consistentes.