
“Estamos atravesando una crisis de cuidados. Los entornos han cambiado, las personas que cuidan son cada vez menos. Tenemos más envejecimiento, con personas adultas mayores que cuidan a adultos mayores. Y ese es el nuevo escenario. ¿Cómo preparamos a los sistemas para esta crisis de cuidado, para este déficit de personas que pueden cuidar a otras personas? Tampoco hay cuidadores capacitados. Es un gran desafío; debemos garantizar servicios cercanos al adulto mayor”.
Así resumió Cristian Matías Gallo Acosta la situación de los cuidados para adultos mayores. Es médico especialista en Medicina interna y en Geriatría en el Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina, donde es el coordinador médico. Estuvo en Costa Rica para hablar en la Expomed 2025 de la experiencia de atención hospitalaria domiciliaria.
“Cuando se llevan los servicios a las casas, las personas reportan menos ansiedad, menos estrés; hay menos depresión, mejora el sueño. Y en los adultos mayores disminuyen los síndromes geriátricos, precisó.
“Hay una preferencia clara de las personas por quedarse en casa”.
La Nación conversó con Gallo. Este es un extracto de lo que dijo:
- Primero hablemos del Hospital Italiano
- Es un hospital dentro del ámbito privado. Se comporta como una organización sin fines de lucro. Todo lo que gana se reinvierte en calidad, seguridad, capacitación, asistencia e innovación.
“Tiene 785 camas, 200 camas de terapia intensiva, 18 centros ambulatorios. Por año tiene tres millones de consultas, 44.000 internamientos, 54.000 cirugías. Tenemos un seguro de salud con 176.000 afiliados, y el 34% es mayor de 60 años, un envejecimiento muy sostenido”.

- ¿Qué escenario deja ese envejecimiento sostenido?
- Hoy tenemos expectativas de vida muy altas y esto nos lleva a proporciones de adultos mayores cada vez más grandes.
“Al aumentar la esperanza de vida cambió la principal causa de muerte, de enfermedades infecciosas a enfermedades crónicas. Y con pacientes con múltiples comorbilidades. Eso cambia el escenario de atención”.
“Pero generalmente el sistema de atención sigue como en 1930, centrado en el cuadro agudo. Eso nos da sistemas reactivos, fragmentados y esa fragmentación aumenta la probabilidad de errores.
“Debemos pasar de un sistema centrado en la enfermedad a un sistema centrado en la persona de forma integral: su parte psicológica, emocional, física, social”.
- ¿Cómo cambiar el paradigma?
- En ese cambio de paradigma la descentralización cumple un rol muy, muy importante, porque acercamos los sistemas a las personas. Nuestra experiencia comenzó hace 30 años, en 1995. Con sistemas de medicina domiciliaria.
- ¿Cómo funcionan estos sistemas?
- Llevan la atención a la casa del paciente con un equipo interdisciplinario e interprofesional, con protocolos asistenciales específicos para mejorar la calidad de atención de la persona y de su familia. Hay dos subtipos: la hospitalización a domicilio. Este sistema sustituye al internamiento hospitalario.
“Hay tres formas. Una es la evitación de la hospitalización, la persona va a Emergencias por un cuadro agudo infeccioso. Se evalúa, y si cumple con las características y el paciente acepta, en lugar de internarlo, hacemos el tratamiento endovenoso en el domicilio. Se hacen controles de laboratorio y métodos de diagnóstico en casa y el paciente termina su tratamiento ahí.
“Otra forma es la facilitación del alta. El paciente se interna en un centro de salud con una infección aguda y en cuanto está estable clínicamente le damos de alta en el hospital, pero continúa internado en casa. También están posoperatorios, los pacientes se internan tres días y se continúa el tratamiento y rehabilitación en casa.
“La tercera forma es el hospital de día, para tratamientos programados, como quimioterapia o transfusiones en centros periféricos.
“Este subtipo es para casos agudos, el otro subtipo es para casos crónicos, de deterioro cognitivo, de padecimientos neurodegenerativos, donde son servicios que se brindan en el hogar a más largo plazo".
- ¿Cuáles son los resultados?
- Han demostrado ser eficaces y seguros. No hay mayor mortalidad que en hospital, incluso puede ser menor, porque no hay infecciones nosocomiales, disminuyen la readmisión hospitalaria y mejoran la experiencia de las personas. Además, ahorran costos.
- ¿Qué características deben tener las viviendas?
- Deben tener los servicios básicos: una línea telefónica, conexión a Internet, buen servicio sanitario. Primero hacemos una evaluación del paciente, de su condición, de su vivienda y vemos si acepta.
- ¿Qué se requiere para implementar este sistema?
- Hay estándares. Tiene que haber un hospital central, con buena cobertura. Debe haber un equipo interdisciplinario formado en internamiento domiciliario, personal de guardia 24/7. También se requiere un sistema integrado de información digital.
“Y finalmente, estándares de calidad y seguridad. Nosotros tenemos protocolos para cada tipo de atención: una neumonía, una cirugía de cadera, una infección con una bacteria, etc”.
- Cada vez hay más adultos mayores que viven solos, ¿cómo influye?
- La soledad no deseada es una epidemia, aumenta la morbilidad y la mortalidad. También hay cada vez más adultos mayores con fragilidad y con problemas de salud más complejos.
“En estos casos el equipo sociosanitario va al domicilio, hace una evaluación integral de los cuidados y de la red de apoyo de la persona. Si se puede trabajar con familiares se organiza el mejor modo de cuidado posible.
“Otra opción es ayudar a la familia a la institucionalización en una residencia geriátrica. Cuando el recurso económico no es suficiente, se articula para gestionar un reintegro económico en concepto de cuidado. Y en casos muy excepcionales, si lo anterior falló, se asigna un cuidador domiciliario”.
- ¿Qué debemos hacer en aras de la mejor atención para estas personas?
- Cambiar el paradigma de la atención centrada en la enfermedad a la atención centrada en la persona. Un punto clave que actualmente no siempre se lleva a cabo.
