La desinformación, el miedo generalizado y –según los vecinos– la falta de tacto de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para aplicar la vacuna, han provocado que, en esa zona, la inmunización tenga tropiezos.
Para la Caja, el plan es bajar drásticamente las cifras sobre la AH1N1 de ese cantón fronterizo: en lo que va del año se confirmó la presencia del virus en 34 personas; tres murieron.
Además, actualmente, unas 250 personas son atendidas cada semana sospechosas de tener la gripe, según explicó Luis Guillermo Parini, director del Hospital de Los Chiles, sitio donde hasta el viernes había dos niños internados por aquel virus.
Por su parte, la Cruz Roja de ese cantón reporta que solo en lo que va de este mes han atendido y trasladado a 159 personas con indicios de la AH1N1.
Pese a esos datos, la renuencia hacia la vacuna es evidente. El miedo de los pobladores a la dosis se incrementó tras el deceso de una mujer de 57 años, ocurrido hace 15 días.
Ella falleció 48 horas después de haber recibido la vacuna. Según la Caja, la dosis se aplicó tardíamente porque la mujer llegó al hospital ya delicada de salud; pero el convencimiento de la institución no ha sido suficiente para cambiar la percepción hacia la Panenza, nombre de la vacuna.
“Esa vacuna mata gente”, dijo un familiar de la fallecida, quien prefirió mantener en reserva su nombre. “La gente está alarmada”, afirmó María Aguirre Jarquín, vecina de El Parque.
En varias zonas de Los Chiles, como en Medio Queso y Cachito –donde vivía la fallecida–, pocos quieren saber de la vacuna.
La CCSS tiene claro lo que sucede en la frontera.
“La gente está con pánico de morir”, señaló Guiselle Guzmán Saborío, jefa del Área de Salud Colectiva de la Caja, quien, la semana pasada, visitó la zona norte para investigar esa situación.
Guzmán dijo que el temor de los pobladores es el factor que más complica el plan de inmunización.
“Hay 14 personas para la campaña, pero cada semana hay que cambiar la estrategia”, explicó.
María Auxiliadora Camacho, del Área de Salud de Los Chiles, dijo que algunas personas sin factores de riesgo piden la vacuna, mas no se les aplica debido a la poca cantidad existente (solo 1.000).
Entre ellos están niños y jóvenes asmáticos u obesos, así como adultos con padecimientos tales como hipertensión o cardiopatías.
Según cálculos de la CCSS, en Los Chiles hay 900 personas con esas características, por lo que las 1.000 vacunas asignadas alcanzan.
Sin embargo, el rechazo a la vacuna torna difícil lograr la meta.
Para curarse en salud, la Caja exige a quien se opone a la inmunización, que firme un documento en el que conste el rechazo de la dosis.
Lugareños como Warner Murillo Cruz, un pulpero de El Parque, dice que se negó a que su hija fuera vacunada porque “la Caja viene a imponer las cosas sin explicar nada y quiere todo obligado”.
El repudio a las vacunas también se sintió en las escuelas pues la Caja trató de aplicar la vacunación y no tuvo éxito.
Por ello, el Ministerio de Educación envió una carta a los directores para que faciliten esa labor durante esta semana, antes de la salida a vacaciones.
“Ahora habrá que ver la actitud de los maestros ante la vacunación”, dijo Camacho, funcionaria del Área de Salud de Los Chiles.