Corresponsal
Palmar Sur, Osa. Don Juan Rodríguez Ruiz, de 80 años, ha vista irse muchas familias en busca de trabajo para la provincia de Limón desde que la compañía Bananera dejó esta zona en 1982.
Sin embargo, el anciano también ha observado algunas familias llegar a las fincas.
“En esta finca había muchas familias, pero, al irse la compañía Bananera, emigraron a Limón. Aquí esto parece un pueblo fantasma”, dijo Rodríguez.
“Actualmente, en esta finca habemos unas 20 familias que se dedican a la palma africana y a la camaronera”, agregó.
Algunas personas se han dedicado a arrancar las viejas casas de la bananera a tal punto que parece que pasó un huracán, continuó Ruíz, quien vice de una pensión de ¢80 mil por mes.
Ruth Carrera Navas, indígena de la zona de Térraba de Buenos Aires, llegó a esta zona en busca de trabajo.
“Nosotros llegamos hace ocho años, aquí mi esposo consiguió empleo y, aunque es solo para comer, vivimos bien junto a mis seis hijos”, relató la mujer.
“Acá las familias deben de alquilar esta viejas casas por que no tienen donde habitar”, añadió.
Igual criterio tiene Leda Maria Bonilla Valverde, de 37 años, quien hace tres meses llegó a este pueblo fantasma junto a su esposo a buscar trabajo para ambos.
“Llegamos de Buenos Aires de Puntarenas, aquí conseguimos trabajo para los dos, él hace labores en las plantaciones de palma africana y yo recolecto coyoles de fruta de palma. De lo poco que ganamos vivimos”, comentó Bonilla.
En esta comunidad existe una escuela a donde llegan 13 niños a recibir lecciones.
La jornada en este centro educativo es de 7 a. m. a 1:15 p. m. A la escuela asisten 13 estudiantes.