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Un reciente estudio realizado por Stanford Medicine, bajo la dirección del doctor Jaime Zeitzer, pone en evidencia los peligros de trasnochar y cómo esto afecta el bienestar emocional. Según la investigación, publicada en la revista Psychiatry Research, las personas que se acuestan tarde tienen hasta un 40% más de probabilidades de padecer trastornos como ansiedad y depresión, en comparación con quienes mantienen un horario de sueño regular.
El estudio, que encuestó a más de 73.000 adultos, analizó los cronotipos de los participantes. El cronotipo refleja la predisposición natural de una persona a experimentar mayor o menor energía durante el día. El análisis mostró que los noctámbulos, aquellos que prefieren estar despiertos hasta altas horas de la noche, son más propensos a desarrollar problemas de salud mental, como el consumo descontrolado de alcohol y drogas, violencia, pensamientos suicidas y otros comportamientos perjudiciales.
Zeitzer explicó: “Exponerse a la luz solar por la mañana y establecer una rutina diaria más temprana podría ayudar a mejorar los patrones de sueño y reducir los riesgos para la salud mental”. Sin embargo, también señaló que modificar el cronotipo no es fácil y puede requerir un esfuerzo considerable.
El descanso adecuado y la salud emocional
Un buen descanso no solo reduce los riesgos de padecer trastornos mentales, sino que también puede mejorar la gratitud, la resiliencia y el bienestar general. En la conferencia anual de SLEEP 2024 en junio, se destacaron estos beneficios del sueño, así como la recomendación de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, que sugiere dormir al menos siete horas cada noche para gozar de una salud óptima.
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El investigador Michael Scullin, de la Universidad de Baylor, en Texas, Estados Unidos, comentó: “Aunque se sabe que la falta de sueño empeora los problemas de salud mental, es necesario investigar más para determinar si dormir más puede aumentar los aspectos positivos de la vida, como la gratitud y el bienestar”.
Consecuencias de trasnochar
Los hallazgos del estudio también revelan que los comportamientos peligrosos son más comunes durante las horas nocturnas, lo que agrava aún más la situación de quienes trasnochan. Estos comportamientos incluyen la violencia y el abuso de sustancias, que pueden tener efectos devastadores a largo plazo.
Zeitzer subraya que mejorar los hábitos de sueño puede ser un paso crucial para prevenir estas conductas. Establecer horarios de sueño saludables y exponerse a la luz solar puede ser una solución sencilla, aunque difícil de implementar para quienes ya están habituados a trasnochar.
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