En los cielos de Costa Rica se vive hoy una situación similar a las presas que atascan las vías de San José en horas pico: ya no hay campo para tanto avión.
Solo en octubre, la terminal aérea de Alajuela autorizó la llegada de 385 vuelos y para noviembre se aguarda el arribo de 404.
La situación se agrava cuando al espacio aéreo se le suman avionetas, aviones privados y helicópteros locales que salen del aeropuerto internacional Tobías Bolaños, en Pavas, San José.
Jorge Fernández, titular de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), comparó los cielos del área metropolitana con la carretera de Circunvalación en horas pico durante la tarde.
El problema se genera porque el espacio áereo de Pavas influye en un 30% en el sector sureste del espacio aéreo del Juan Santamaría.
El espacio aéreo compartido no es novedad, mas la situación se agravó por el aumento en la cantidad de aviones, avionetas y helicópteros que vuelan hoy.
Fernández dijo que la DGAC optó por regular el tránsito y definir nuevas aerovías o “calles en el aire” para evitar cruces peligrosos que provoquen un accidente.
Las aerovías son líneas imaginarias por donde ingresan o salen aeronaves del aeropuerto Juan Santamaría. Existen siete.
Por cada “carril” transitan entre siete y ocho aviones de aerolíneas internacionales por hora.
A eso se le suma que, por día, entre cinco y seis avionetas de escuelas de pilotos sobrevuelan el aeropuerto Santamaría para prácticas de instrumentos. .
“El valle es muy estrecho, entonces no hay por dónde agarrar”, explicó el aviador.
Precisó que las naves livianas se mueven a través del Valle Central; sin embargo, cuando crece la nubosidad deben elevarse, y eso las obliga a ingresar en los espacios donde vuelan los aparatos grandes.
“Los pilotos tenemos que abrir los ojos más de la cuenta. Las montañas influyen mucho en que sean menos las vías aéreas que se puedan usar ”, recalcó el piloto.
Asimismo, el director de Aviación Civil calculó que el ancho del Valle Central no permite la construcción de otro aeropuerto cercano que desahogue el cielo.
Para Fernández, construir un aeropuerto alejado del sector metropolitano sería una solución para eliminar los vuelos de escuelas de la zona de aproximación de las aeronaves más grandes de líneas aéreas internacionales.
Es poco lo que se puede hacer, sentenció el funcionario. y la alternativa de un nuevo aeropuerto que sustituya al Santamaría no podría ser realidad antes del 2025.
Lo anterior por cuanto el contrato de gestión de la terminal de Alajuela, a cargo de la empresa Aeris, no permite levantar una nueva terminal en lugar del Juan Santamaría antes de esa fecha.
Al estar tan cerca los aeropuertos Juan Santamaría y Tobías Bolaños, esos operadores deben desviar las avionetas de las aerovías que usan los aviones grandes.
“Todos los días nos hacen descender, subir o cambiar de rumbo; todo esto es en procura de evitar un accidente”, dijo Jorge Valverde.