
María Cordero ha llevado la posición del Ministerio de Salud a las municipalidades donde aún hay dudas sobre el impacto de las antenas en la salud humana.
Una escuela pidió autorización para colocar una torre celular en sus instalaciones. ¿Cuál es su criterio sobre esto?
A nosotros nos rige la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ellos emitieron un informe el 31 de mayo del 2011 donde categorizan los campos electromagnéticos como posibles cancerígenos.
¿En esos campos electromagnéticos están incluidas las antenas para celulares?
A eso voy. El estudio se hace del aparato celular. Los científicos excluyen las antenas en torres porque las magnitudes de campo electromagnético son muy bajas.
¿El estudio las excluye?
Totalmente, pero las empresas deben cumplir con un nivel de voltaje o vatios por metro cuadrado.
Insisto, ¿avalaría instalar una antena celular en una escuela?
Eso está sujeto a si cumplen la normativa de la municipalidad.
Mi pregunta es a usted, como autoridad de Salud, ¿autorizaría esa antena o no?
Si la antena se justifica en la escuela, la pondría. Ahora, los niños son radiosensibles; por el sentido precautorio, sería mejor escoger otro lugar.
Costa Rica acogió una norma sobre la radiación máxima de las antenas; por ejemplo, 4,24 W/m2 para los 850 MHz. ¿Por qué se escogió esa y no otra más estricta?
La recomienda la OMS.
¿Pudimos acoger una norma como la europea, más exigente?
Somos estados miembros de la OMS y acogimos las recomendaciones del ente contra la protección de las radiaciones no ionizantes.
¿Mi duda es si podíamos adoptar una legislación más estricta como la de Suiza, Suecia o Austria?
Ellos tienen esos límites precautorios distintos. Nosotros consideramos que somos estados miembros de la OMS y también nos respaldamos en la Unión Nacional de Telecomunicaciones (UIT).
