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Abangares. Los peligros para la salud y el daño ambiental que representa el uso del mercurio son conocidos por muchos pobladores de Abangares, quienes lo utilizan diariamente en sus casas para extraer el oro de las piedras que llevan desde las minas.
Algunos mineros han escuchado que el metal puede ser mortífero, pero la mayoría duda de que ese riesgo sea real.
También saben que su comercio es ilegal, pero es un ingrediente indispensable para el oficio con el que se han ganado la vida durante generaciones en ese cantón ganacasteco.
“Mi abuelo trabajó más de 60 años con rastras y yo no podría decir que alguna vez se enfermó por trabajar con mercurio, está más macizo que nosotros (...).
”Aquí hubo un caso de un chiquito que se tragó un poco de mercurio que habían echado en una botella de fresco y no le pasó nada”, manifestó uno de los oreros, que pidió mantener su nombre en reserva.
El hombre asegura que su temor es que se “estigmatice” esa labor y que se les persiga por el uso de ese metal prohibido.
“Aquí más bien es casi sagrado, porque es muy caro, ellos (las autoridades) creen que uno lo tira al ambiente, pero que va, uno todo lo recupera porque no es agua”, afirmó el orero, quien dijo que una vez que se extrae el oro, el mercurio o azogue como le conoce en la región, se vuelve a echar a la rastra.
Las rastras son los instrumentos que más se observan en los patios de las casas de Abangares y son usadas para obtener oro dosis de mercurio en cada “tanda”.
De acuerdo con el presidente del Colegio de Geólogos de Costa Rica, Jorge Chávez, se estima que solo en Abangares hay poco más de 600 rastras.
Chávez aseguró que es conocido que el mercurio utilizado en Abangares viene contrabandeado de Nicaragua.
Según el geólogo, el principal problema es que no todo el mercurio se recupera –como aseguran los mineros–, sino que va a dar a los ríos y al ambiente en general; incluso se ha verificado la existencia de contaminación por este metal en las aguas del golfo de Nicoya.
Por otra parte, en el proceso de extracción es muy probable que sea inhalado pues se debe pasar por fuego que hace que el mercurio se evapore quedando solo el oro.
Muy fácil. Si bien la comercialización del mercurio está prohibida en el país (solo se puede importar con fines médicos e industriales), en Abangares no es difícil conseguirlo.
Un kilogramo puede costar cerca de ¢80.000 y cada rastra puede consumir de medio kilo a un kilo diario.
“Ahí aparecen en el pueblo nicaragüenses que lo venden”, contó Olman Segnini quien tiene cuatro rastras y asegura que en su caso no está realizando nada ilegal pues forma parte de una cooperativa.
Arturo Salazar tiene siete rastras, él no es minero sino que alquila estos aparatos a los oreros a ¢3.000 la hora.
Aseguró que actualmente el negocio afronta una época de vacas flacas porque la mayoría de mineros está en Crucitas de Crutis, San Carlos, atraídos por los rumores de que el oro abunda en esa zona.
A esto suma el riesgo que supone ingresar a la mina durante la estación lluviosa exponiéndose a derrumbes.
Sin embargo, este peligro no detuvo Antonio Rocha quien el pasado miércoles 4 de octubre, justo un día antes de que la tormenta Nate causara estragos en todo el país, se adentró en la montaña y llegó luego adonde Arturo Salazar con poco más de media cajuela de material.
Luego de más de dos horas de trabajo entre el tiempo en la rastra, el filtrado y finalmente el paso por el calor, obtuvo una pelotita de un gramo de oro, que sería vendida en unos ¢12.000.
En su caso tuvo suerte pues a otros oreros no les sale ni para pagar el alquiler de la rastra.
De acuerdo con la Dirección de Geología y Minas se estima que unas 1.000 personas se dedican a la minería como método de subsistencia.
En Abangares este oficio ha estado presente durante más de 100 años y su proliferación de manera descontrolada se agravó a partir del 2000 cuando las empresas mineras abandonaron país.
Sobre el mercurio
¿Qué es?
El mercurio es un metal pesado. En temperatura ambiente se mantiene en estado líquido y es de color blanco plateado, brillante y denso.
¿Qué puede provocar?
Puede causar graves problemas de salud y es peligroso para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida. Resulta tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos.
¿Cómo lo usan los mineros?
Se vierte en las rastras. El azogue se adhiere al oro, formando una amalgama que facilita su separación de las piedras arena u otro material. Luego se calienta la amalgama para que se evapore el mercurio y quede el oro.
¿Cómo se da la contaminación en el ambiente?
Las colas producto del proceso minero se acopian en las fosas o piletas excavadas en los patios caseros y conservan al menos un 40% del mercurio utili
