Un grupo de 28 costarricenses, entre niños y adultos, cumple tres días atrapado en Panamá por manifestaciones que estallaron el jueves en ese país contra el alto costo de la vida, las que tienen cerrado el tránsito hacia Costa Rica.
Casi sin dinero para alimentarse, los ticos claman a las autoridades de ambas naciones gestionar algún tipo de ayuda para poder devolverse.
Los afectados llegaron al vecino país el jueves como parte de la organización Inter Fut Pro Academy, que organizó para los menores juegos amistosos de fútbol contra equipos locales, aprovechando las vacaciones de medio año. Su previsión era volver a Costa Rica vía terrestre, el domingo por la noche. Sin embargo, su arribo coincidió con el inicio de protestas y un paro de labores de los educadores panameños que ese mismo día derivó en bloqueos.
Luis Fernández Picado, entrenador y padre de uno de los jugadores, detalló que hay 15 menores y 13 adultos, incluida una niña de dos años que vino con su mamá a acompañar a su hermano. Las familias son vecinas de San José, Desamparados y de Ciudad Quesada (Alajuela).
Ellos tuvieron que desistir de sus planes de retorno debido a los bloqueos en la provincia de Chiriquí y el riesgo de transitar entre manifestaciones, luego de una recomendación de la propia Embajada de Costa Rica en Panamá.
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El domingo, la Embajada costarricense emitió un comunicado solicitando a todo costarricense no trasladarse por vía terrestre de Costa Rica a Panamá y viceversa. El mensaje incluso dio cuenta del drama sufrido por turistas nacionales que estuvieron 40 horas a bordo de autobuses atascados por los bloqueos.
La nota de la sede diplomática añade que ese tiempo lo pasaron “sin posibilidad de conseguir alimento o agua y que de manera muy excepcional, los manifestantes accedieron por una única vez a que pudieran transitar quienes ya estaban en medio de los bloqueos”.
“Supimos de un autobús con turistas ticos que el viernes se quedó en el bloqueo por más de 20 horas y que lograron pasar la frontera el domingo. Otro bus se fue el sábado y estuvo casi dos días sin agua, comida o un lugar a donde ir porque estaban en lugares desolados o en el campo; con el peligro de ser asaltados por los manifestantes y sin aire acondicionado porque el autobús tenía que ser apagado cada cierto tiempo”, declaró este martes Fernández Picado por vía telefónica.
Pedido de ayuda
En medio de la convulsión callejera, acordaron permanecer en el Hotel Faranda Soloy donde han recibido asistencia inicial para quedarse a un menor costo pero, según Fernández, se están quedando sin dinero para pagar la estadía y comprar alimentos.
Este lunes, él y una representante de las familias buscaron ayuda en la Embajada costarricense, pero les informaron que esa misión carece de fondos para situaciones tan fortuitas y también les informaron de la imposibilidad de moverse por tierra y mucho menos con la previsión de una jornada de paro nacional para este miércoles.
“Algunos tienen que regresar a sus trabajos, de lo contrario los perderán. Ciertamente estamos desesperados y preocupados, ya que no sabemos cuándo abrirán paso. A todos nos tomó por sorpresa pues, de otro modo, no habríamos venido. Nos parece que por la coyuntura tan difícil y la presencia de menores de edad, quizás nuestro gobierno podría brindarnos algún tipo de apoyo”, declaró.
Su pedido al Gobierno costarricense es gestionar con las autoridades de Panamá algún tipo de salvoconducto para salir por vía terrestre, mediante una especie de tregua con los manifestantes para disponer de unas ocho horas para llegar a la frontera con Costa Rica, o bien, alguna facilidad para trasladarlos por aire en negociación con alguna aerolínea.
“Estamos desesperados, sin dinero, y parece ser que somos invisibles para el Gobierno panameño, y más doloroso aún, para nuestro gobierno. Ahorramos por seis meses para esta participación deportiva y ahorita estoy aquí con mi hijo Ian. No andamos haciendo turismo, estamos en condiciones muy difíciles juntando a diario algún dinero para ver qué comemos”, declaró el vocero de los costarricenses.