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El diputado Carlos Ricardo Benavides, del PLN, fue el principal orador en el debate. Él calificó de "vergonzoso" el veto del presidente Carlos Alvarado. Foto: Aarón Sequeira (Aarón Sequeira)
Los diputados sepultaron este jueves, en el plenario de la Asamblea Legislativa, el proyecto de ley que reviviría la pesca de arrastre de camarón en el fondo marino.
El informe que recomendó ignorar el veto del presidente de la República, Carlos Alvarado, a la iniciativa, no logró los 38 votos exigidos por la Constitución Política para habilitar un resello y ordenar la entrada en vigencia de la norma.
A favor del resello, votaron 12 congresistas, mientras que 31 votaron en contra de revivir la pesca de arrastre.
Votaron a favor:
-Pablo Abarca, Óscar Cascante, Aracelly Salas y María Inés Solís, de la Unidad Social Cristiana (PUSC).
-Ignacio Alpízar, Carmen Chan, Nidia Céspedes y Harllan Hoepelman, del bloque fabricista Nueva República.
-Carlos Avendaño y Xiomara Rodríguez, de Restauración Nacional (PRN).
-Otto Roberto Vargas, del Republicano Social Cristiano.
-El independiente Dragos Dolanescu.
En contra, se pronunciaron 15 legisladores de Liberación Nacional (PLN), diez de Acción Ciudadana (PAC), dos del PUSC, una de Restauración, una de Integración Nacional (PIN), uno del Frente Amplio (FA) y una independiente.
El debate previo: ‘Mentiras en veto’
Antes de que se realizara esa votación, los principales oradores sobre el tema fueron Carlos Ricardo Benavides, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien habló por 45 minutos, seguido por Paola Vega, de Acción Ciudadana (PAC).
Este proyecto había sido aprobado por el plenario en octubre del 2020, con 28 votos a favor y 18 en contra.
Sin embargo, el mandatario Carlos Alvarado vetó la iniciativa ese mismo mes, por considerar que no había suficientes estudios que ratificaran la sostenibilidad ambiental de la técnica.
El plan se fundamentaba en un estudio de Incopesca, el cual sugería que un tipo de red llamada AA Costa Rica, con dispositivos de escape, permitiría reducir el porcentaje de captura de especies distintas al camarón.
En el 2013, la Sala IV había declarado inconstitucional esta técnica por el daño ambiental que produce, precisamente, el arrastre de otras especies. No obstante, los magistrados dejaron abierta la posibilidad de revivir el método si se demostraba su sostenibilidad.
En agosto pasado, una mayoría de diputados de la Comisión de Agropecuarios recomendó el resello del expediente 21.478, de la mano del presidente de ese foro, el restauracionista Melvin Núñez Piña.
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De ese panel legislativo salieron tres informes: uno que sugería el resello y dos que lo rechazaban.
El resello significa, según lo establece el artículo 127 de la Carta Magna, que el plenario legislativo se opone a un veto presidencial y aprueba una ley con los votos de dos tercios del plenario.
El diputado Benavides declaró que él dio por muerto el proyecto, una vez fue vetado por Carlos Alvarado, “simplemente porque estoy convencido de que hay una potestad constitucional con respecto a la conveniencia y oportunidad de los proyectos, y porque este plan se murió desde hace rato”.
Si bien votó en contra del resello este jueves, el liberacionista calificó de mentiras las razones esgrimidas por el presidente en el veto.
“Jamás mi voto en contra es para avalar las mentiras contenidas en el veto presidencial, un veto vergonzoso en su contenido, que trata de desdecirse de un estudio hecho por el propio Gobierno”, dijo el liberacionista.
Añadió que la oposición de Alvarado no tiene razón científica, sino que se dio por presión de sectores que por años han acompañado al PAC.
Benavides criticó que el país sigue comiendo camarón obtenido mediante la técnica de arrastre, pero importado de otros países como Nicaragua, Panamá y Honduras.
También, dijo que países líderes en sostenibilidad ambiental capturan camarón. El verdiblanco adujo que Alvarado les mintió, una y otra vez, a los puntarenenses al decirles que esperaba estudios, en vez de decir que su intención, desde el inicio, era veta el plan.
La oficialista Paola Vega, en cambio, afirmó que la discusión debió estar muerta desde hace rato y que hay arrogancia en las personas que insistieron en llevar el debate sobre el asunto al plenario.
“No quieren escuchar la ciencia, los argumentos, datos científicos que nos han puesto sobre la mesa; no quieren escuchar a la juventud y a los pescadores artesanales”, afirmó.
Vega dijo que, en la Comisión de Agropecuarios, bien se habría podido archivar el asunto, pero que “los diputados de Liberación prefirieron esconderse para no dar sus tres votos en ese momento”.
La oficialista aseguró que no era posible resellar la ley y ponerla en vigencia porque “los estudios son débiles para sostener el apoyo a la pesquería de arrastre de camarón”.
Vega enfatizó en que se derrocharon millones de colones “en un estudio mal hecho ordenado por Rodolfo Piza (entonces ministro de la Presidencia) y es una vergüenza algo tan mal hecho”.
Incluso, cuestionó que el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) haya perdido un año sin hacer propuestas serias y sostenibles para las “pobres personas de Puntarenas”.
Pablo Abarca y Pedro Muñoz, de la Unidad Social Cristiana (PUSC) también explicaron sus razones para votar a favor del resello.
El primero coincidió con Benavides en que las posiciones del Gobierno han sido hipócritas y que fracasó y engañó a Puntarenas. “Este proyecto pudo haber sido vetado parcialmente. Este proyecto no establecía licencias en automático”, dijo.
Abarca también cuestionó la polarización que se dio en el tema entre ambientalistas y promotores de la pesca de arrastre, pues ni se salva el mundo ni se iban a hacer ricos los pescadores de camarón.
La independiente Carmen Chan adujo que el veto de Carlos Alvarado se le quitó la esperanza a miles de familias y se condenaron a la pobreza, porque “no les están dando otra alternativa, mientras otros países están certificando sus pesquerías”.
En cambio, el socialcristiano Erwen Masís dijo que, desde que votó afirmativamente el proyecto original, se arrepintió.
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