Debido a la investigación en curso y a las gestiones ante las autoridades judiciales, el rector señaló que no brindará más detalles sobre el caso por el momento.
No obstante, Araya expresó su solidaridad con la persona afectada y su familia, “quienes hoy atraviesan una situación dolorosa e injusta que no tiene cabida en un país que se precia de democrático y civilizado”.
El rector señaló que este acto de violencia se suma a las amenazas recibidas en las últimas semanas contra universidades públicas, las cuales “buscan sembrar miedo y perturbar la tranquilidad de nuestros espacios académicos”.
“Desde el primer instante hemos sido categóricos: este clima de violencia, polarización e intolerancia no solo es inaceptable, sino profundamente contrario a la vocación histórica de nuestra democracia”, indicó Araya en el comunicado.
Asimismo, enfatizó que es urgente que Costa Rica retome la senda del diálogo, el respeto y la tolerancia.
“Como universidad pública, no cederemos ante quienes intentan amedrentarnos o condicionar nuestra misión. No lo haremos por dignidad, por decencia y porque la sociedad costarricense necesita instituciones que permanezcan firmes cuando la adversidad arrecia”, manifestó.
Además enfatizó en que la UCR “seguirá siendo el espacio donde la inteligencia vence a la intimidación; donde las ideas se sostienen de pie, incluso cuando el entorno tambalea; y donde ninguna amenaza tendrá jamás la última palabra”, señaló.