
Como devoto, Osvaldo Brenes Álvarez escogió el día de María Auxiliadora para su ordenación como obispo de Ciudad Quesada.
Originario de Liberia, Guanacaste, el hoy obispo de 65 años, nació en el seno de una familia de cuatro hermanos, dos de los cuales, al igual que sus padres, ya fallecieron.
Fue ordenado como sacerdote en 1966, y mientras fungía como cura párroco en Bocas de Nosara, Nandayure, recibió la noticia de su nombramiento como el segundo obispo de la diócesis sancarleña.
El nuevo prelado, prometió ayer estimular las vocaciones sacerdotales y religiosas, y poner mucha atención a los problemas sociales y económicos que afectan a la zona norte del país.
“Quiero sacerdotes comprometidos con el pueblo. Aspiro a que el pueblo sienta que la Iglesia está a su lado permanentemente, que la relación debe ir más allá del oficio religioso”, dijo ayer en entrevista con La Nación.
Los sancarleños le dieron ayer una calurosa bienvenida, que fue aderezada con la presencia de un numeroso grupo de guanacastecos, quienes llegaron a despedirlo y a darle las gracias por su gestión como sacerdote en esa provincia.
Monseñor Osvaldo Brenes sustituye en el cargo a Monseñor Ángel San Casimiro, quien asumió la diócesis de Alajuela en octubre del año pasado.
