
Cada año, fracturas o problemas óseos llevan a más de 200 personas a necesitar un implante de hueso en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Información suministrada por la institución indicó que, en 2024, hubo 219 egresos hospitalarios por esta causa, mientras que en 2023 hubo 211. Estos números han venido en aumento en los últimos años, dado que hace diez años eran entre 170 y 180.
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De acuerdo con los datos suministrados por la institución, los huesos de las piernas son los más injertados. En los últimos cinco años, dos de cada cinco (el 41,97%) han sido en los huesos de la pierna, principalmente en la tibia y el peroné, con el 25,81% de todos los injertos.
Si se toma en cuenta solo los datos de 2024, estos son los datos:
- Cráneo: 7
- Humero: 6
- Radio y cúbito: 19
- Fémur: 31
- Tibia y peroné: 53
- Otros huesos: 17
- Reconstrucción dedo pulgar: 9
- Otros injertos: 77
La CCSS indica que “otros huesos” incluye huesos de falanges, pelvis y vértebras.
La categoría “otros injertos”, por su parte, toma en cuenta casos de menos de tres personas, que por efectos de derecho a anonimidad de datos de salud deben agruparse para no ser identificables.

Un injerto de hueso es necesario en ciertas condiciones, especialmente cuando hay una pérdida ósea significativa o una curación inadecuada de fracturas. También puede darse debido a enfermedades, como el cáncer o la osteonecrosis (muerte de tejido óseo), en las que el hueso se debilita y no puede dar contención.
Este implante crea una base sólida que le da estabilidad y soporte al cuerpo cuando el hueso original no puede hacerlo.
