
La ausencia de 11 mujeres en la marcha del Día Internacional de la Mujer, este sábado 8 de marzo, fue notable y dolorosa para quienes caminaron desde el Parque Central hasta la plaza de la Democracia, en el centro de San José.
En la caminata, que arrancó a la 2:06 p. m., faltaron las 11 hijas, mamás y hermanas que perdieron la vida por su condición de género en los primeros dos meses del año, víctimas de la violencia machista que no cesa en el país ni en el mundo, y por la que hoy cientos de miles de mujeres, de muchas naciones y de diferentes edades, caminaron alzando la voz al unísono de: “Ni una menos”.
Solo han pasado 67 días desde que empezó el 2025, y la cifra de feminicidios supera cualquier otra registrada en el mismo periodo de tiempo, en la última década. Las mujeres marcharon, gritaron y reclamaron por la incesante violencia de género. Lo hicieron con su voz, con consignas y con carteles en los que plasmaron su lucha.
Familias completas, grupos de amigas o mujeres que llegaron solas y encontraron una compañía solidaria fueron parte de las imágenes de este 8M, en el que todas marcharon con el mismo propósito.
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“Sanar en voz alta evita que otras mueran en silencio”, se podía leer en un cartel de tamaño carta que Daniela Vega, vecina de Coronado, llevó a la marcha.
Esta madre, de 32 años, alzó la voz por ella, por su hija, una adolescente de 14, y por todas las mujeres.
“Esta es la frase de una canción que habla de femicidios: Luciérnaga, de José Madero. Vengo hace muchos años, marcho por nuestros derechos, por la justicia social, tengo una hija que va para arriba y necesitamos un mundo más equitativo para que ella sepa que puede salir y volver tranquila a casa”, dijo Daniela, quien iba acompañada de una amiga.

Lonas, porras y símbolos feministas
Alrededor de Daniela, decenas de personas se organizaron en el Parque Central para iniciar con la marcha que estaba convocada para la 1 p. m.. Bebés, niños y niñas y hasta mascotas se unieron a la actividad que reclamó derechos e igualdad. Lonas con mensajes, accesorios con símbolos feministas y porras que hacían eco por medio de tumbacocos, fueron parte del ambiente de un sábado en el que el sol era cada vez más candente.
“Mis gatos no van a entender si un día no vuelvo a casa”. “Qué los secretos familiares no cubran a los violadores”. “Que la vergüenza cambie de bando”. “Somos el grito de las que ya no tienen voz”, son algunas de las frases que sobresalían en medio de la marea de mujeres que marchaba entre cánticos por la avenida segunda.
La voz de todas las mujeres
Con solo cuatro años, Aitana e Isabela Vega Chaves participaron en su primera marcha del Día de la Mujer. Las mellizas, vecinas de Coronado, llegaron acompañadas por Natalia Chaves, su mamá, de 28 años y quien tiene fe de que esta sea la última caminata a la que ella y las pequeñas tengan que asistir para solicitar el derecho a vivir seguras.
“Las traigo esperando que tengan un futuro libre, que puedan salir tranquilas y sin temor. Vengo esperando que podamos tener seguro algo que por lógica se nos tiene que dar”, dijo la mamá, quién autorizó la mención y aparición de las menores de edad en esta nota.
A la caminata, en la que imperó el orden, asistieron colectivos feministas, el grupo de familias sobreviviendo al femicidio, representantes de Transvida, quienes clamaron por los derechos de las mujeres trans, personas nicaragüenses, entre otras agrupaciones.
Justicia para Julieta Fernández
La familia de Julieta Fernández, adulta mayor asesinada en junio del 2024, encabezó la marcha pidiendo justicia.
Por la muerte de Fernández está detenido un sospechoso de 26 años. Los familiares de la señora marcharon porque, según aseguraron, pronto vencerá la prisión preventiva que cumple el sujeto y no están seguros de que la amplíen.
Durante la actividad también estuvo, en representación del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), María Estrada Sánchez, rectora de la institución y la única mujer dirigiendo una de las cinco universidades públicas del país.
“Las mujeres nos unimos en colectivo para caminar hacia la igualdad, que cada día haya menos brechas en los espacios donde estamos las mujeres tomando decisiones, espacios también como las carreras STEM, donde hay menos participación (de mujeres), principalmente en ingeniería, en la parte tecnológica y en las matemáticas. Sin duda, también caminamos por los derechos y la seguridad, la educación y la salud: necesitamos que se apoyen más la políticas públicas para el bienestar de todas las personas”, afirmó la también presidenta del Consejo Nacional de Rectores (Conare).
Estrada agregó que cuando una mujer accede a la educación, no solo se genera un impacto en su familia, sino también en su comunidad y en las generaciones que vienen atrás. “Yo hoy camino hacia la igualdad. Es importante caminar con este colectivo de mujeres: cada una con sus realidades, visiones y sus situaciones estamos aquí por las que ya no las tenemos”.
¡Que caiga con fuerza el feminicida!
A las 3:10 p. m., las mujeres que encabezaron la marcha del 8M llegaron hasta el punto final de la caminata: la plaza de la Democracia. El recorrido simbólico de este 8 de marzo terminó. Sin embargo, el camino hacia un país sin violencia de género continúa.
Allí, desde niñas hasta adultas mayores llegaron cargando sus lonas y carteles, unas se agruparon para tomarse fotos y otras corearon la canción de Vivir Quintana, que convirtieron en un himno:
“Cantamos sin miedo, pedimos justicia.
Gritamos por cada desaparecida.
Que retumbe fuerte: ¡Nos queremos vivas!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!”
