
Con 17 años, Arick Abraham Vindas Ríos experimenta el sentimiento de orgullo: primero por su esfuerzo, pero también por poder representar a su colegio y a una región entera: el territorio indígena Ujarrás.
Arick celebra haberse destacado en los exámenes de admisión de las tres universidades públicas: alcanzó la nota máxima de 900 puntos en la prueba de la Universidad Nacional (UNA) y en el caso de la Universidad de Costa Rica (UCR) y del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) sacó más de 760 de las 800 unidades posibles.
Lograr esto se siente aún más grande cuando la mayoría de las veces las oportunidades no han sido suficientes, en general, para la población indígena.
“Se siente como un logro más significativo el poder demostrar que las personas indígenas también podemos destacar y salir adelante”, afirmó el joven.
Hasta hace apenas 12 años se abrió el Colegio Académico Indígena Ujarrás, en Buenos Aires de Puntarenas, centro educativo en el que estudió el muchacho, según contó Fanny Ríos Beita, su mamá.
La madre relata que, en su caso, tuvo que luchar para encontrar oportunidades y trabajar como camarera, en casas y como cajera para lograr ser profesional. Hoy es docente y gracias a su esfuerzo logró obtener dos licenciaturas y una maestría en Administración Educativa.
Ella empezó su carrera universitaria cuando tenía 28 años.
Recuerda que los programas universitarios tardaron en llegar a su territorio y que ella pudo estudiar Educación gracias a un plan de la UNA hace unos 15 años.
Según dice, acceder a la educación universitaria en los territorios indígenas no es sencillo, pues no hay recursos para pagar universidades privadas.
El ejemplo de esta madre es inspiración para Arick: “Mi mamá ha sido mi mayor inspiración para salir adelante, ella nos ha criado sola y luchó mucho por tener lo que hoy tiene. Eso es lo que me ha enseñado a qué tenemos que esforzarnos para conseguir resultados”, expresó el muchacho, quien pertenece al grupo indígena cabécar por su línea matriarcal.
Aunque siempre ha habido dedicación de su parte, los buenos resultados de Arick no son novedad, pues su éxito en el examen de admisión es solo el reflejo de una trayectoria educativa excelente.
“Es un orgullo que nadie lo entiende si no lo vive. Tiene dos años consecutivos en los que Judesur (Junta de Desarrollo Regional de la Zona Sur), lo premia por ser el mejor promedio a nivel de colegios indígenas del sur. Lo que logró en la UNA es histórico a nivel de colegio y de territorio. Es una emoción que no se puede explicar”, contó la mamá, quien describe a su hijo como un muchacho educado y muy responsable.

Así planea su futuro
Con sus notas de admisión, Arick podría estudiar cualquier carrera de las tres universidades estatales; sin embargo, eligió Ingeniería en Biotecnología, que en Costa Rica únicamente es impartida por el TEC.
Esta área de estudio es reconocida por abrir puertas internacionales a sus estudiantes y graduados; en el 2025 fue la más cotizada en esta universidad y para el 2026 ostenta el corte de ingreso más alto: quien quiera estudiarla requiere un puntaje de 742.38.
El éxito en el exterior de esta carrera es una de las varias razones, cuenta la madre, que motivaron al joven a elegirla. Según dice, el muchacho hasta hizo un estudio de mercado.
“Mi plan es estudiar Ingeniería en Biotecnología en el TEC, combina las materiales que más me llamaban la atención en el colegio y veo que es un área con muchísimo futuro”, comentó Arick.
En el corto plazo, él se ve graduado como licenciado en esta carrera y trabajando en un laboratorio o en un centro de control de calidad.
“Y si me es posible, continuar trabajando para ampliar mis conocimientos”, agregó.
Su preparación para los exámenes la inició al principio del año. Empezó practicando con videos de lógica matemática en Youtube, para así aprender los procesos con los que se resolvían los diferentes tipos de ejercicios.
La práctica la complementó con ejercicios en línea y exámenes pasados con los que simuló hacer las pruebas de cada universidad.
Mérito propio
Para Fanny Ríos, el logro de su hijo es muy satisfactorio, sobre todo, porque reconoce que detrás hay dedicación individual y apoyo familiar.
“Para mí es mérito propio, porque aunque vivamos en un territorio indígena y seamos indígenas, obtener becas es misión imposible y si hay programas son para personas con mucho menos recursos y uno queda como excluido (en su caso, por ser docente).
“Entonces, es fantástico, siempre le dije que a donde quisiera ir a estudiar, que mamá lo apoya, papá también, aunque él viva en otro lugar. Arick se ha criado conmigo y visita a su papá en vacaciones”, contó la madre.
En la familia, narró doña Fanny, nadie ha sobresalido de esta manera, por lo que el éxito de su hijo ha sido tema de conversación todos estos días.
