
El Hospital Max Peralta, en Cartago, otorgó una cita para el 2012 a un paciente que acudió a solicitar atención médica porque tenía molestias en la vista.
Por considerar que ese plazo de espera es “indudablemente excesivo e irrazonable”, la Sala IV ordenó al centro médico atender de inmediato al paciente, quien había presentado un recurso de amparo.
José Luis Araya Leandro, vecino de Cartago, afirmó que fue al Max Peralta el pasado 13 de agosto porque sentía ardor en los ojos y mucho parpadeo.
Como respuesta, el centro médico le fijó una cita en su servicio de Oftalomogía para el 26 de octubre del 2012. Es decir, debía esperar poco más de cuatro años.
Araya, quien labora como abogado en el Ministerio de Seguridad, presentó el recurso de amparo y, de inmediato, la Sala IV exigió explicaciones al hospital.
Entonces, el Max Peralta le consiguió una cita al paciente en la Clínica Oftalmológica de la CCSS, ubicada junto al Hospital México, en La Uruca, San José.
El vecino de Cartago fue atendido allí el 27 de agosto, donde le diagnosticaron problemas de cataratas, le recetaron anteojos nuevos y lo enlistaron para una cirugía.
“Ya recibí la atención a instancia de la Sala Constitucional”, comentó Araya.
Solo un médico. Consultada sobre lo sucedido, María del Rosario Calvo Fonseca, subdirectora del Max Peralta, dijo que el hospital tiene solo un oftalmólogo para atender una población de 563.000 personas, la cual incluye toda la provincia de Cartago y la zona de Los Santos.
Por eso, agregó Calvo, se coordinó con la Clínica Oftalmológica de la CCSS para cubrir la población. Dos especialistas de esa clínica atienden los sábados en Cartago.
La subdirectora señaló que el Max Peralta debería tener al menos cuatro oftalmólogos, pues ahora es “imposible” atender la demanda.
Hoy, el único oftalmólogo de ese hospital opera, atiende emergencias y da consulta externa, añadió.
Según Calvo, en múltiples ocasiones se ha pedido ayuda a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para contar con más funcionarios especializados.
Al respecto, Rosa Climent, gerente médica de la CCSS, afirmó que el Max Peralta tiene tres plazas de oftalmólogos, pero dos están vacantes porque los médicos dejaron de laborar hace ocho meses.
El problema, indicó la gerente, es que es muy difícil sustituirlos porque hay poca disponibilidad de este tipo de profesionales.
“Es la consecuencia de no haber planificado la formación de oftalmólogos”, comentó Climent, quien agregó que pronto se graduarán dos especialistas en este campo, con el inconveniente de que la profesión es muy cotizada.
Climent indicó que, para atenuar la crisis, extendieron el horario de trabajo del único oftalmólogo que queda en el Max Peralta, además de que se cuenta con el apoyo del Hospital Calderón Guardia para los casos de urgencias.
