Si usted pasó la tarde de este jueves cerca del Hospital Nacional de Niños (HNN), seguramente notó el ambiente festivo: familias, personal y visitantes reunidos para ver cómo se iluminó el tradicional árbol navideño del centro médico.
Desde las ventanas, algunos niños internados observaron la esperada ceremonia, mientras en la plazoleta y el jardín del centro médico resonaban los aplausos y las voces de admiración de las personas que estaban cerca del gigante.
Este jueves 4 de diciembre, se encendió por vez número 61 el árbol del HNN. La tradición nació en 1964, el mismo año en que abrió el hospital.
“Este no es solo un acto de iluminación, de color, de fantasía, no. Es muchísimo más. Estas luces representan un signo del amor, pero sobre todo, de la confianza y la esperanza, la esperanza que debemos guardar en todos los momentos de la vida, en especial en los que somos afectados por la enfermedad o las penas”, dijo Carlos Jiménez Herrera, director general del centro médico.
Alrededor de 20.000 luces led iluminan este año el árbol, según confirmó la ingeniera Natalia Picado Vargas, jefa de la Unidad de Alumbrado Público de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
Música, baile y botargas ofrecieron una noche mágica a los pequeños pacientes, familiares, personal médico e invitados.
La actividad estuvo dedicada a la Asociación de Damas Voluntarias del HNN.
61 años de historia
En 1964, Marta Montis de Martínez tuvo la idea de adornar el primer diciembre del HNN con un árbol que diera consuelo y alegría a los menores internados, al personal y a quienes pasaran frente al edificio. Desde entonces, la iluminación se realiza el primer jueves de diciembre sin interrupción.
Durante los primeros 18 años, conseguir un árbol lo suficientemente alto, frondoso y accesible para cortarlo y trasladarlo era casi una misión navideña.
Para evitar ese esfuerzo anual, el hospital decidió sembrar uno propio. Ese es el que hoy se ilumina: un árbol natural de 20 metros, considerado el más alto del país.
Desde el primer encendido, la CNFL dona la energía eléctrica; coloca el cableado y los bombillos.
La evolución tecnológica ha reducido el consumo eléctrico: a inicios de los 2000 se usaban 35.000 bombillos incandescentes; para 2017 eran 22.000 luces, con 5.000 puntos LED.
Desde 2020, el árbol se ilumina por completo con 15.000 puntos de tecnología led. En el 2024, se usaron esa misma cantidad de luces.
Con el paso del tiempo, este encendido dejó de ser solo una ceremonia y se convirtió en una fiesta con música, historias navideñas y actividades.
Pero la esencia sigue intacta: encender un árbol para quienes más necesitan un instante de luz.
