
Una bomba que fue ocultada en uno de los jardines de la Embajada de Costa Rica en Washington D. C. estalló el 18 de julio de 1975 a las 3:10 p. m., hora de Costa Rica, a escasos dos metros de donde se encontraba el embajador Rodolfo Silva Vargas.
No obstante la proximidad del diplomático al sitio de la explosión, esta no causó mayores daños físicos y ninguno personal. “Solo que se me arruinaron los pantalones”, comentó el funcionario, con cierto humor, a La Nación, minutos después de ocurrido el suceso, cuando se le llamó por teléfono.
La bomba fue escondida en la raíz de una hiedra que cubre la pared exterior de la Embajada. A las 4:50 p. m. hora de Washington, el embajador Silva había llegado a su residencia, después de haberse reunido y almorzado en la Universidad de Gallaudet con el decano y con una profesora costarricense que estudia allí.
15 minutos más tarde, el diplomático bajó a avisarle a su chofer que podía irse ya para su casa. Cuando se disponía a hacerlo, la bomba estalló estrepitosamente e hizo saltar al funcionario, sin causarle ningún daño personal de gravedad.
Un cable de la agencia noticiosa UPI informó que sus oficinas en Miami recibieron, a las 7:30 p. m., un llamado de un hombre que dijo: “somos responsables por la explosión en la Embajada de Costa Rica. Nuestra meta es castigar a cualquiera que reconozca a Cuba”. El mensaje fue firmado por alguien que se identificó como “el escorpión cubano”.
Silva consideró que la causa del atentado se origina en grupos cubanos que protestan por la reunión realizada en Costa Rica por la Organización de Estados Americanos (OEA), donde ha ganado fuerza el levantamiento de las sanciones a Cuba.
La curiosidad: Miss Universo 1975
El 19 de julio se realizará la edición número 24 de Miss Universo, en El Salvador, con la participación de la costarricense María de los Ángeles Picado González.

