
“Todas las actividades rutinarias de esta ciudad prácticamente se paralizaron desde ayer, para darle rienda suelta al espíritu, al derroche, a la alegría y al baile, que se prolongarán hasta el lunes de la semana entrante”, reportó La Nación el 11 de octubre de 1975 desde los carnavales de Limón.
La gente dejó de lado sus problemas cotidianos para dedicar aquellos días a la diversión. Desde la noche anterior, muchos amanecieron en el parque, en el mercado, en los salones de baile y en diversos rincones de la ciudad.
Algunos aprovecharon al menos una hora para dormir y recuperar energías que les permitieran seguir disfrutando de la tradicional fiesta caribeña. La falta de hoteles no pareció ser un obstáculo mayor para los visitantes, quienes encontraron sus propias formas de echarse una siesta.
Un capitán, presente desde el primer día del carnaval, llevó su vehículo rústico y una hamaca que por las noches colgaba de cualquier árbol o tronco disponible. Otro visitante llevó una colchoneta que colocó sobre algún jardín y durmió a la intemperie.
Escenas pintorescas como estas se repetirán con más frecuencia al amanecer del domingo, aunque muchos parecieron dispuestos a pasar la noche sin dormir para no perderse ni un solo detalle.
Limón en carnaval era completamente distinto a Limón rutinario. Las saloneras sirvieron el desayuno bailando; los vendedores de churros y salchichón realizaron su oficio cantando.
“El ritmo corrió por la sangre, que ardió al calor de la salsa y del calipso, haciendo que todos sudaran y se contagiaran de la alegría de la fiesta”, concluyó la reseña.
La curiosidad: Nuevo país en la ONU
La Asamblea General de las Naciones Unidas aceptaron el ingreso de Papúa Nueva Guinea, el país 142 en el organismo.
Esta nación está ubicada en el Pacífico Sur, al norte de Australia. Estuvo bajo administración del Gobierno de Austria hasta que se independizó el 16 de setiembre.

